“Lo primero, y más importante, es sacar al Minedu de los vaivenes políticos, creando un órgano con autonomía administrativa y económica donde el principio de meritocracia sea medular, dándole estabilidad a los equipos por periodos de seis años”.
“Necesitamos decisión política para emprender las reformas, un equipo calificado con gran capacidad de ejecución y estabilidad para los que dirijan la educación del país”.
“Más allá de las diferencias políticas, el bienestar del estudiante debe siempre estar al centro de todo y un nuevo retraso en el retorno a las aulas solo agudizará las brechas de aprendizaje existentes”.