Lunes, 30 de noviembre del 2020

Concurso de Admisión al Residentado Médico 2020

La URP fue Sede Macro por tercer año consecutivo, con una implementación impecable gracias al trabajo en equipo.

Concurso de Admisión al Residentado Médico 2020
El esfuerzo desplegado por los profesores, administrativos, personal de seguridad, alumnos, exalumnos y trabajadores en general demostró una total identificación con la universidad.

Por tercer año consecutivo, la Universidad Ricardo Palma ha recibido a postulantes de diferentes universidades del país como Sede Macro para el Concurso de Admisión al Residentado Médico 2020. Y todo el proceso fue calificado como un éxito.

“Hay que destacar el trabajo del personal, que ha demostrado una total identificación institucional. A pesar de que no tenían la obligación de hacerlo, se les convocó y aceptaron sin ningún problema, tanto profesores como administrativos, personal de seguridad, obreros, todos. Trabajamos también con alumnos y exalumnos en los temas de seguridad y bioseguridad. Hemos causado la admiración de las autoridades del Consejo Nacional de Residentado Médico – Conareme”, señala la Dra. Cecilia Salinas Salas, presidenta del Equipo de Trabajo.


Es necesario considerar que este resultado se da en medio de una difícil coyuntura traída por la pandemia, las limitaciones legales propias de la emergencia sanitaria y, finalmente, la coyuntura política; pues el examen se realizó el domingo 15 de noviembre, fecha en que la población nacional se movilizaba en contra del Gobierno del presidente Manuel Merino de Lama. Y a pesar de eso, todo salió como se planificó.

“Llegó una comitiva presidida por el Dr. Armando Calvo Quiroz, presidente del Conareme, y mencionaron que estaban admirados por el trabajo realizado en los temas de seguridad y bioseguridad. También recibí la llamada de felicitación del Secretario Técnico de esta institución, Dr. Guillermo Pino Infante, por el desempeño y la organización que había observado”, afirma la Dra. Salinas.


EN CIFRAS

La URP recibió en total a 603 postulantes de todo el país. Asimismo, como institución educativa ofertó 294 vacantes para 420 postulantes, entre 40 especialidades y 14 subespecialidades. Sus residentes se forman en 10 sedes de EsSalud (hospitales Edgardo Rebagliati Martins, Guillermo Almenara Irigoyen, Sabogal, Luis Negreiros Vega, Angamos, Grau, San Isidro Labrador, Carlos Alcántara Butterfield, Vitarte y el Instituto Nacional Cardiovascular Carlos Alberto Peschiera Carrillo).

“En el caso del Ministerio de Salud, otorgamos vacantes para los hospitales Casimiro Ulloa Elías, María Auxiliadora, Santa Rosa, Hipólito Unanue, Sergio Bernales, Víctor Larco Herrera, San Bartolomé, Hermilio Valdizán, José Agurto Tello (de Chosica), Puente Piedra, el Instituto Nacional de Salud del Niño de Breña y San Borja, y el Instituto Nacional de Oftalmología. En todos ellos para especialidades y subespecialidades”, detalla. Incluye también hospitales de la PNP, de las Fuerzas Armadas, de gobiernos regionales, centros de salud e instituciones privadas.


IMPORTANCIA Y PREPARATIVOS

Dentro del mundo académico y de la Medicina, el residentado médico tiene una importancia capital. Se postula para ingresar en un programa de especialización que tiene tanto una parte académica como laboral. Quienes se adjudican la vacante entran a trabajar en la sede prestadora del servicio de salud durante los años de formación, que puede ser de cinco si se trata de neurocirugía, por ejemplo. Además, tienen la oportunidad de desarrollar sus competencias para convertirse en especialistas dentro del área laboral que han escogido.

La planificación, comenta la Dra. Salinas, se trabajó vía remota en varios equipos. Sin embargo, la ejecución (que significó preparar las instalaciones, el material, la distribución, entre otros) debió ser de manera presencial. Y los dos sistemas funcionaron perfectamente. “El trabajo de la universidad no ha sido ni eficiente ni eficaz; ha sido efectivo. Esa es la mejor palabra para describirlo”.

Agrega que han sido días de trabajo sin dormir, por ejemplo, para los ingenieros de la oficina de Informática que tuvieron que diseñar los módulos de inscripción, los sistemas de calificación virtual, etc., y en ningún momento hubo reclamos, simplemente trabajo duro hasta conseguir el objetivo final. “Hemos trabajado de la mano con las oficinas de Informática, de Administración, de Seguridad, del policlínico. Han sido días de labor intensa porque no se trataba solo de un examen, sino de un proceso de admisión”.


La primera etapa fue la de inscripción. Se realizó una evaluación del expediente o currículum del postulante cuyo puntaje fue remitido al Conareme. El examen de admisión fue la segunda etapa, en esta se planificaron los elementos de bioseguridad a partir de un protocolo previamente establecido.

“El objetivo fue proteger tanto a los postulantes que vinieron a rendir el examen como al personal administrativo, docente, etc. Enlazamos los planes de seguridad y bioseguridad para que ninguno de los dos tuviera que interrumpir su desarrollo e hicimos una alianza con DVP Corporation S.A.C., cuyo gerente comercial es el Ingeniero José Luis Espinoza, ex alumno de la URP. Utilizamos diferentes sistemas de seguridad y bioseguridad, entre ellos al ingreso. Esta empresa instaló en el ingreso un Sistema de Aviso de Desinfección mediante el uso de sensores ultrasonido. Dicho sistema ha sido creado por el área de Microelectrónica de DVP Corporation S.A.C., del cual forma parte el alumno Enzo Marcelo Gallo Ruiz Florián, de la carrera de Mecatrónica de nuestra universidad”, explica la Dra. Salinas.


Así, al llegar el postulante a la URP tuvo que pasar por un arco de detección para evitar que ingrese con aparatos electrónicos o metálicos; por módulos de identificación biométricos enlazados con la Reniec para evitar suplantaciones; y por zonas de desinfección con alcohol en gel y toma de temperatura. Para este último paso, se instalaron cámaras térmicas de detección inteligente. Y si por alguna razón una persona burlaba el proceso, un sensor ultrasónico activaba inmediatamente un sistema de avisos que le recordaba la obligación de desinfectarse antes de dirigirse a su aula.


La última etapa del proceso consistió en la elaboración de un ranking y en la adjudicación de las plazas de manera pública. “Nos pidieron participar en la adjudicación del proceso electrónico, entonces la universidad tuvo que desplegar dos equipos para poder cumplir con lo solicitado, pues paralelamente estábamos publicando nuestras vacantes. Y nuevamente recibimos la felicitación y el agradecimiento del Conareme”, detalla la Dra. Salinas.

Agrega que todo el proceso fue liderado por el rector, Dr. Iván Rodríguez Chávez, quien dio el norte para todos los pasos seguidos, tanto en la organización como en la dirección. “Fue él quien nos dijo que había que priorizar la seguridad y bioseguridad de todos. Centramos nuestro trabajo en estos puntos y hemos conseguido los objetivos”.

¿Cuál ha sido la singularidad en este proceso de admisión? Primero, que se ha desarrollado en plena pandemia; segundo, que exigió un fuerte trabajo virtual; y tercero, que el examen se realizó un día de grandes manifestaciones públicas. Sin embargo, esta coyuntura no impidió un resultado exitoso.

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