El voto es secreto y es, además, un derecho que tenemos en democracia y la decisión de elegir por quién votar es íntima. Claro, hay que informarse e identificar con quién tenemos más sintonía y con quién creemos que nuestra ciudad será mejor. Pero aquí está el truco, no se trata de que sean mejores territorios para nosotros, sino también para todos. Y es que la ciudad es un bien público, un bien común.