Francisco Sierralta ha creado 23 emprendimientos.
Francisco Sierralta ha creado 23 emprendimientos.

Terminaron de almorzar y, entre otros temas, hablaron del tatuaje que se harían. Un escudo peruano basado en la primera bandera. Era el primer tatuaje para ambos, padre e hijo. Arquitecto de formación, se fue a su cuarto a corregir planos. Pero se fue y no volvió. Le dio un infarto. Al año de su partida, Francisco se tatuó el escudo en la espalda. Le pregunto qué tiene de su padre, además de una promesa; dice que, sobre todo, las ganas de disfrutar los pequeños momentos. “Tú no sabes cuándo vas a dejar de vivir”, le dijo su padre alguna vez. Hoy se propone metas a corto plazo y celebra los pequeños .

Francisco Sierralta es empresario formado en Comunicaciones en la universidad. Pero la experiencia lo ha formado en marketing, en crear marcas. Lleva 23 emprendimientos, desde realización de fiestas hasta gimnasios y textiles, creados, incluso, desde antes de ingresar a la universidad. Hoy lidera cinco empresas, entre ellas y Fucking Guys, marca de hamburguesas.

Está en República Checa, es de noche. Antes pasó por España, donde afinó detalles para la apertura de una dark kitchen (cocina oculta) que piensa abrir para mitad de año en Madrid. Será su primer negocio fuera del Perú. “El peruano no tiene pierde afuera”, me dice desde un café en Praga, donde, además, se toma unas vacaciones.

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-Ahora que estás por abrir tu primer negocio fuera del Perú, ¿aparece esa suerte de temor cuando se empieza algo o ya estás curtido por todo lo trajinado?

Pucha, tengo miedo... (risas). Es inversión y tiempo. Es descuidar un poquito lo que ya está funcionando en Lima. Pero es un riesgo que hay que tomar.

-¿Pero para qué el riesgo y tan lejos?

Cuando he hecho el estudio de mercado en Madrid, salió que la gente paga mucho más y tienen a la cocina peruana súper bien posicionada. Siempre hay que empujar un poquito más, sin tomar riesgos tontos, estudiar bien lo que voy a hacer. Me vacila esa adrenalina, esas ganas de crecer. Y no es solo ambición por mí, sino porque veo que muchas familias se benefician por los negocios que tengo. Mi calidad de vida no mejorará; al contrario, podría verse perjudicada porque estaré viajando más, pero tengo gente que viene trabajando conmigo desde hace nueve años y he visto a sus hijos entrar a secundaria y graduarse del instituto; esa satisfacción es muy chévere.

-Se dice que a los 15 años comienzas como emprendedor. ¿Cómo se puede empezar tan joven?

Yo estaba en el colegio Inmaculada y, a los 15 años, me cambian a otro colegio, porque no había mucha plata. Me cambiaron a un colegio donde mi mamá era profesora, tenía beca. Mi papá se había quedado sin chamba. Era el año 2000. Yo no quería pedir propinas porque sabía que no era un buen momento. Y una amiga del colegio estaba con un chico que organizaba fiestas de Halloween en Mamacona, Asia; yo quería ir a la fiesta, pero la entrada estaba 150 soles. Para mí era imposible. Habló con su flaco y él dijo: “Si tu amigo vende 10 entradas, le regalo una”. Vendí cerca de 50 entradas. Hice como 700 soles, que para mí era... ¡olvídate!

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-Pero, más allá de las ganas de ir a la fiesta, tendrías un don para la venta.

He sido buen hablador siempre, he sido bien conchudo. Y el día de la fiesta, hubo chicos que no habían vendido sus entradas y me quedé revendiendo en la puerta. Acabé como con mil soles y dije “acá hay plata”. Vino la fiesta de Año Nuevo en Asia y vinieron cuatro fiestas más y toda la plata la ahorré.

-¿A tus padres no les incomodó que vendas entradas?

(Risas). No... En 2005, el dueño de la discoteca Noctambul me llamó y me dijo: “Me has mandado en Halloween 200 personas en tus listas; ¿te interesa trabajar para mí?”. Tuve un buen sueldo y me compré mi auto. Caminaba para ahorrar para la gasolina. El dueño de Noctambul tenía la cebichería Oceánika, que estaba quebrada; con mucha confianza le dije que le llevaría gente. Y fue un hit, colas de dos horas; terminé siendo gerente a los 20 años, y descubro el negocio de restaurantes.

-¿Qué te dice ‘esto es una oportunidad de negocio’?

Calculo los movimientos. Lo converso con mis patas y con clientes, hago encuestas en mi Instagram y de las marcas. Soy el community manager de mis marcas: la gente me dice que estoy loco. Además, me meto a las cocinas. Y disfruto muchísimo diseñar campañas.

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-¿Qué logra el éxito de una marca?

Debes tener buena calidad de producto. En España me decían: “El cliente peruano es el último cliente que quiero porque es el más exquisito para comer, el que quiere mejorar todo, el que se cree chef”. Y, después, debes estar respaldado por un buen marketing y un buen branding. Hay que sacar cosas nuevas porque el peruano también se aburre. En mi carta de makis tengo 35 makis que van desde lomo saltado, pollo a la brasa, acebichado, de todo un poco.

-¿Dirías que eres un creador de marcas?

Soy un emprendedor empedernido. Me encanta crear marcas, diseñar conceptos. En muchos negocios me ha ido muy bien y en muchos no. Eso de emprender a la loca, arriesgar e ir por tus sueños está bonito para el post de Instagram, pero la realidad es otra. Yo cuento todas las historias de cómo he quebrado cinco negocios, cómo me han estafado en tres, cómo me han robado en dos. Siempre cuento mis malas experiencias para que a otros no les pase.

Deja el café en Praga. Son las 11:46 de la noche. Caminará para buscar dónde tomar una copa de vino e irse a descansar.

AUTOFICHA:

- “Soy Francisco Sierralta Sarco. Tengo 35 años. Nací en Lima. Acabé Comunicaciones. De ahí estudié varios cursos de publicidad, de marketing. He creado 23 marcas. Gracias a Dios, ha sido un 80-20, me ha ido mejor que peor con los negocios que emprendí”.

- “He tenido marcas de textiles de ropa con las que me ha ido súper bien. Voy a relanzar una que tuve hace tiempo, porque textiles es un rubro que viene creciendo, es mucho más fácil manejar ropa que una marca de comida: tienes un proveedor, en comida tienes 40″.

- “Quiero cubrir desde La Molina hasta San Miguel con Fucking Guys, que es mi marca de hamburguesas. También soy piloto de autos, es mi vacilón, y me gustaría correr la fórmula Porsche; es un sueño que tengo y que espero que este año se cumpla. En los autos la gente es demasiado competitiva”.

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