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Welcome to the jungle
Una de las barras más creativas de la ciudad es la de Amaz, el restaurante de Pedro Miguel Schiaffino. Pero no solo beba, también coma (y goce).
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En los círculos culinarios hay unanimidad: una de las mejores y más innovadoras coctelerías peruanas se está desarrollando en Amaz, el restaurante de Pedro Miguel Schiaffino.
Allí, Luis Flores Benites, joven pero experimentado barman (ha pasado por las barras de Malabar y Maido), bien guiado por Schiaffino, y con los insumos que da nuestra generosa selva, ha elaborado cocteles que sorprenden. Primero, por sabrosos; segundo, por sus 'exóticos' ingredientes, y tercero, porque son sinceros, sin artificios. Hoy, que la técnica y la forma se imponen sobre el fondo, uno agradece que, así como hay una 'cocina de ingrediente', haya una barra con la misma filosofía.
Flores nos presentó cuatro cocteles: 1. Arazeli (en la foto principal), que lleva sake, vodka, jugo de guayabas brasileñas (arazá le dicen en Iquitos), manzanilla y bitter de naranja. El coctel es cítrico, fresco, consistente. 2. Tongoro es una buena alternativa al tradicional capitán. Lleva vermouth, aperol, gin y uva borgoña traída de Tarapoto. 3. Sheretero es un shot de tequila y Grand Marnier que se sirve con panela y carambola verde. Créanos, la experiencia es mejor que la vivida con un silvestre shot de tequila. 4. El fratello loretano no está en la carta, pero no debe perderse la experiencia de beber este trago seco, con cuerpo y muy refrescante.
¿Y para picar? El arroz chaufa con plátano y cecina es tan bueno que repetirá, al igual que los maduros de Doña Eli. Provecho.
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