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Hace 32 años Alberto Fujimori perpetró el autogolpe

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Momento en el que Alberto Fujimori quiebra el orden constitucional y anuncia el cierre del Congreso y la intervención del Poder Judicial.
Fecha Actualización
“Disolver, disolver, temporalmente el Congreso de la República”, fue la frase que estremeció al país la noche del 5 de abril de 1992. El entonces presidente Alberto Fujimori, quien había ganado hacía menos de dos años la elección frente al reconocido escritor Mario Vargas Llosa, anunciaba la ruptura del orden constitucional y la instauración de un “Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional”.
Fujimori, cuyo partido no obtuvo mayoría en el Senado ni en la Cámara de Diputados, acusó al Parlamento de tener una postura obstruccionista frente a su gobierno y de no respetar los mandatos constitucionales. “Los encarnizados adversarios políticos de ayer se unen hoy en el propósito de impedir el éxito de la gestión de gobierno”, aseguró.
Tras su dura crítica no solo al Poder Legislativo, sino también al Judicial, el entonces mandatario anunció el cierre inconstitucional del Congreso “hasta la aprobación de una nueva estructura orgánica del Poder Legislativo”; Así como la intervención y reorganización del Poder Judicial, el Consejo Nacional de la Magistratura, el Tribunal de Garantías Constitucionales, y el Ministerio Público “para una honesta y eficiente administración de justicia”.
Mientras Fujimori leía su discurso, tanques de las Fuerzas Armadas rodeaban las sedes del Congreso y del Poder Judicial, así como las de los partidos políticos. Asimismo, militares arrestaron en sus casas al presidente del Senado, Felipe Osterling, y al presidente de la Cámara de Diputados, Roberto Ramírez del Villar.
El Consejo de Ministros fue citado esa misma noche en el ministerio de Defensa. Varios de los miembros del gabinete, incluido el premier Alfonso de los Heros, no conocían cuál era el motivo de la reunión un domingo a esa hora. Sin embargo, al llegar, escucharon el discurso que en ese momento Fujimori daba al país.
Ante el quebrantamiento del orden constitucional, renunció De los Heros y el entonces ministro de Agricultura, Gustavo Gonzáles Prieto, y apoyaron al vicepresidente de la República, Máximo San Román, quien se encontraba en República Dominicana.
Tras el autogolpe, el Congreso de la República no volvió a tener dos cámaras.
El día después
El 6 de abril, las instituciones públicas amanecieron rodeadas de tanquetas y militares. En el Palacio Legislativo, el destituido presidente del que sería el último Senado que tendría el país, Felipe Osterling, se enfrentó militares que impedían el ingreso al Congreso.
“Esto es absolutamente dictadura, porque yo he venido acá, al Congreso de la República, a convocar a los portavoces de los diferentes grupos políticos y quiero convocar a sesión del Congreso, para que asuma el cargo de Presidente de la República Máximo San Román”, dijo a la prensa.
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Por su parte, Roberto Ramírez del Villar, presidente de la disuelta Cámara de Diputados, brindó declaraciones a la prensa a través de los barrotes de la ventana de su casa, de donde no se le permitía salir.
“Un golpe de Estado donde el presidente, abandonando sus obligaciones y su respeto por la Constitución ha pasado por encima de ella y con el apoyo de las FF. AA. o por lo menos de sus jefes, se ha apoderado del Estado, ha clausurado el Congreso, ha decretado detención domiciliaria al presidente del Senado y a mí, ha tomado preso a mi primer vicepresidente. (...) Nosotros vamos a ver, con las únicas armas que tenemos que son la Constitución y la Ley, cómo defendemos las instituciones del régimen democrático”, aseguró a la prensa.
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Diversos parlamentarios acudieron a su vivienda para protestar contra su detención. Entre los presentes se encontraban los diputados del Fredemo Lourdes Flores, Óscar Urviola, Rafael Rey, entre otros, quienes se enfrentaron a los militares.
La población, por otra parte, tomó la noticia como un acontecimiento positivo. De acuerdo a una encuesta realizada por Apoyo días después del autogolpe, el 80% de los encuestados aprobaba la disolución del Congreso, mientras que el 81% aprobaba el cese de la Corte Suprema. (Torres, Alfredo “Opinión Pública 1921-2021, Editorial Aguilar, 2010).
El 21 de abril el Congreso disuelto, a pesar de los impedimentos, se reunió en el Colegio de Abogados de Lima y tomó juramento como presidente de la República a Máximo San Román. A pesar de contar con el sustento constitucional, en la práctica no pudo ejercer el cargo.
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Retorno a la democracia
Tras el autogolpe, Fujimori viajó a Bahamas y anunció en la Organización de Estados Americanos que normalizaría la situación democrática y convocaría a elecciones para elegir un nuevo Congreso.
Fue así como en noviembre de ese año es eligió al Congreso Constituyente Democrático, el cual se encargaría de redactar una nueva Constitución que reemplace a la de 1979. Este Parlamento estuvo conformado por 80 congresistas de los cuales 44 eran del partido fujimorista Cambio 90-Nueva Mayoría. El nuevo Parlamento reconoció a Alberto Fujimori como presidente de la República.
La principal propuesta de este bloque era reducir el número de parlamentarios a la mitad. Es decir, de 240 (60 senadores y 180 diputados) a 120 congresistas (una sola cámara). Como consecuencia de ello, el Perú no volvió a tener un congreso bicameral.
La nueva Constitución fue sometida a referéndum y obtuvo el apoyo del 52.3%. Tras ello, fue promulgada el 29 de diciembre de 1993.
Consecuencias legales
A pesar del reconocimiento, en 2007 diversos ministros que apoyaron el Autogolpe fueron condenados: Juan Briones (Interior), Jaime Yoshiyama (Energía y Minas), Carlos Boloña (Economía), Absalón Vásquez (Agricultura), Víctor Joy Way (Industria), Oscar de la Puente (Vivienda), Jaime Sobero (Pesquería, Alfredo Ross (MTC), Víctor Paredes (Salud) y Augusto Antonioli (Educación).
Asimismo, en 2003, el constitucionalista y exsenador Alberto Borea presentó una demanda de inconstitucionalidad contra la Constitución de 1993. Sin embargo, el Tribunal Constitucional declaró infundada la demanda.
Tras 32 años, el autogolpe de Alberto Fujimori continúa generando opiniones opuesta entre ciudadanos. Mientras que hay quienes aseguran que fue el quiebre institucional y moral del país, otros señalan que fue el inicio de la reconstrucción del Perú tras la hiperinflación y el terrorismo.
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