No hay crimen perfecto. “Yo lo maté, los descuartice, quemé sus restos y la cabeza está enterrada en el patio de mi casa”. Así confesó Giancarlo Sánchez Suárez (25) ante los detectives de la División de Investigación de Homicidios de la Dirincri quien acabó con la vida de su amigo, el taxista Gerver Coz Vara (35), durante la celebración de cumpleaños de este último.