Era la mañana del 23 de junio de 2022. Con el rostro adusto, el presidente Pedro Castillo revisaba las noticias del día. Sin embargo, no conseguía concentrarse. Desde hacía días, el rumor de una posible captura de Juan Silva, exministro de Transportes e integrante de la organización criminal que se habría enquistado en el Ejecutivo, lo tenía alterado. Un par de golpes a la puerta lo arrancó de sus cavilaciones.