Fabiola Hablützel, formada en Economía, hoy escritora.
Fabiola Hablützel, formada en Economía, hoy escritora.

Cuando le pedían dibujar a su en el colegio, Fabiola dibujaba a papá, mamá y a ella; y de fondo, una casa con techo a dos aguas. Eran tres y ella al centro. Pero desde los 49 años de edad, ya podía retratar a cuatro padres y diez hermanos, sin contar a sus hijos y a su esposo.

Ella descubrió cerca de los 50 años que era adoptada, luego de que su madre adoptiva en un arranque de lucidez, que se abrió paso en medio del Alzheimer, le reveló que no era su hija biológica, un día de verano que Fabiola celebraba su aniversario de bodas. Episodio familiar que lo cambió todo y que ahora lo narra en La hermana del medio (Planeta, 2023), que ha trazado al tratar de reconstruir su cartografía familiar entre el Callao, Santiago de Chile y Buenos Aires. “Creo que mi madre me dijo que era adoptada para evitar que alguien más me lo dijera, para protegerme”, me dice Fabiola Hablützel, economista de formación, ahora escritora.

Todas las mañanas le da un beso a su madre adoptiva, que estima tiene 99 años y que está en la última etapa del . Le ha enseñado el libro rosado que tiene impresa la foto de Fabiola cuando era niña, instantánea que en el reverso lleva su nombre original, el que le puso su madre biológica. También le ha contado lo que ha escrito, pero aparentemente no la escucha ni la entiende. Vive en otro mundo, tal vez atrapada por el silencio de la enfermedad o quizás en uno habitado por las personas que experimentan la paz luego de decir la verdad.

Uno de sus nuevos hermanos está en Lima. Es el mellizo argentino, Norberto. Y los dos están de paseo, viaje que interrumpo. Las próximas paradas serán Paracas, Islas Ballestas. Momentos en familia que Fabiola nunca imaginó. Siempre están diciendo: “Es la primera vez que estamos haciendo esto...”. Postales para recuperar el tiempo perdido.

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-Te tocó vivir un cambio radical.

Cambió mucho mi percepción hacia mis papás adoptivos. Cambió el amor, hubo un plus de agradecimiento, de admiración. No estoy muy segura si hubiera podido adoptar y ser tan entregada de la manera en que ellos lo fueron.

-Ha sido como volver a nacer.

Y ser una nueva Fabiola.

-¿Cómo es la nueva Fabiola?

Tiene mucho más amor, de repente tengo más empatía, entiendo más la maternidad. Juzgo menos, me volví un poquito más sabia.

Debut.
Debut.


-¿Escribir ya lo tenías mapeado o fue este episodio que te impulsó a hacerlo?

Siempre escribía, pero para mí. Cuando supe que era adoptada, y decido escribirlo en mis redes sociales para que la familia esté tranquila, que lo he tomado bien y que me sentía agradecida con mis papás, me di cuenta de que comencé a ayudar a gente que estaba en situaciones similares. Entonces, pensé que haciendo un libro puedo llegar a más gente o tal vez, siendo ambiciosa, lograr un cambio en la legislación sobre la adopción. Así llego al libro. De frente entré a escribir lo mío.

-¿Te dedicas a la economía?

Ya no. Estuve dedicada a la docencia hasta hace unos cinco años, que mis papás se pusieron más viejitos. Estos cinco años han sido de un descubrimiento diferente; me he dedicado a escribir más, esto es totalmente nuevo para mí y me hace muy feliz.

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-Siempre hablamos en singular de identidad, historia y familia. Pero libros como el tuyo me hacen pensar en que, más bien, debemos hablar en plural: identidades, historias, familias.

La familia no puede ser un concepto fijo, tiene que ser dinámico, en el que entran y salen los protagonistas. Mal haríamos en pensar que la familia es papá, mamá, hermano y hermana. Te puede criar el abuelo, un tío; ni siquiera te tienen que criar: está el tío que te enseña a pescar. Si se separan tus padres, viene la nueva esposa del padre que asume un rol. Cuando fijamos ese concepto, hace que el amor se limite a eso y que nos cueste trabajo recibir más amor. Pienso que si mis hermanos hubieran estado ceñidos a un concepto familiar estricto, no me hubieran recibido como lo hicieron, y eso nos hubiera limitado tanto a ellos como a mí y a mis hijos, porque no solo yo he recibido en este intercambio, han recibido mi esposo y mis hijos, que también ampliaron su familia. Todos hemos ganado con esto.

-Aún pervive esta silueta familiar: papá grande, mamá más bajita e hijos.

Un sobrino tiene seis años y sus papás están separados, y el papá tiene una novia. Él vive con su mamá. En el colegio le dijeron que dibujara a su familia. El fin de semana le tocó estar con su papá y a la novia le dijo: “Sabes qué, me hicieron dibujar a la familia y perdóname, no te pude dibujar porque me dijeron que solo dibuje a ‘mi familia’: papá, mamá y hermanos”. Él la quería dibujar a la novia como parte de su familia y el colegio le daba el esquema de papá, mamá, hermanos.

-Al parecer, tu padre adoptivo era más reservado. ¿Le habría gustado que publiques este libro?

Creo que sí. Los dos hubieran estado muy orgullosos, siempre les gustaban mis logros. Pero mi mamá hubiera tenido mucho miedo de que yo la dejara de querer a cambio de mi nueva familia. Coincidentemente, hoy (el día que se hizo esta entrevista) es el cumpleaños de mi papá, cumpliría 99 años. Falleció el día de mi cumpleaños 50, en el 2018. Ese año también tuve un accidente, me rompí tres vértebras de la columna. Creo que fue mi peor y mejor año (ríe)... Mi papá aceptaba todo lo que venía, hasta la muerte.

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-Pero contarlo todo en un libro siempre es delicado, ¿no?

Yo creo que mi papá no quería que yo lo supiera, no por los demás, sino porque decirlo era hacer una diferencia conmigo y él no quería que hubiera diferencias. Él no vivía para los demás.

-Y este libro es una muestra de que su autora tampoco vive para los demás.

(Ríe). Los demás me importan en el sentido de que creo que soy empática, me importa ayudar. Mi intención es que alguien saque algo bueno de leer este libro: pueda entender mejor la adopción y mejor a la familia.

AUTOFICHA:

-“Soy Fabiola Mercedes Hablützel Silva Santisteban. Tengo 54 años. Nací en Chile, pero no estoy segura si en Santiago. Hay una partida de nacimiento en Perú, como nacida en el Callao, y otra partida de nacimiento en Chile, como nacida en Santiago. Pero nadie sabe dónde nací”.

-“Estudié Economía en la Universidad de Lima. Estuve estudiando la maestría de Economía en la Universidad del Pacífico cuando pasó todo esto y la dejé, y ahora ya no la quiero hacer. Estoy pensando en hacer una maestría en algo de letras, de repente Escritura Creativa”.

-“Escribo desde adolescente, pero nunca había publicado. Bueno, he publicado académicamente, porque era docente de la Facultad de Economía, pero nunca se me cruzó por la cabeza ser escritora. Quiero seguir escribiendo. La economía también me gusta. Pero no se puede tener todo en la vida”.

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