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El amor en los tiempos de Karina Jordán [ENTREVISTA]

A dos semanas de casarse llegó la pandemia. Pero se rebeló al destino: el mismo año se casó por civil y en 2022 por religioso. Hoy, ya grabó ‘Soltera codiciada 2′, estrenará el unipersonal ‘Relatos (in)conexos’ y alista maletas para mudarse con su esposo a Alemania. Perú21 entrevistó a la actriz Karina Jordán.

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Karina Jordán estrenará el unipersonal 'Relatos (in)conexos'. (Foto: Eduardo Cavero).
Fecha Actualización
Cayó la pandemia y ya tenía 300 invitaciones enviadas. Entre los invitados, diez alemanes cruzaban el charco. Todo estaba pagado. Faltaban apenas dos semanas. Renegó, se deprimió. El 28 de marzo de 2020 tenía que casarse con el actor Diego Seyfarth, finalmente lo hizo por civil en octubre del mismo año: con mascarillas y ocho personas en una municipalidad limeña. En su momento fue una tragedia emocional (y calculo que económica). Hoy dice que es una gran historia que contar; tal vez, a algún nieto. “Sí, me casé en pandemia”, narrará con convicción en algún futuro lejano.
Por lo pronto, en el futuro inmediato, los días 10, 11, 17 y 18 de marzo protagonizará el unipersonal, el primero de su carrera, Relatos (in)conexos, autoficción dirigida por la dramaturga y directora de teatro Paola Vicente. Relatos unidos por los recuerdos familiares, los sueños olvidados y los dolores que empiezan a cerrar. La cita será a las 8 p.m., en el Teatro de la Universidad del Pacífico, en el jirón Sánchez Cerro 2121, Jesús María. Las entradas están a la venta en la plataforma Joinnus. Y luego se pondrá en escena en Arequipa.
De padre empresario y madre ama de casa, Karina Jordán es casi la única actriz de la familia, cuando todos esperaban que fuera abogada. Ha sido mujer policía en moto, médico forense, policía de criminalística, emergencióloga y varios papeles más, pero nunca abogada. Y acaba de terminar de grabar el filme de comedia Soltera codiciada 2. Está en Lima y pronto partirá para radicar en Alemania. Antes que lo haga, nos da esta entrevista.
-Me dices que están en la recta final del unipersonal, puliendo y llegando más a fondo. ¿Qué implica llegar a fondo?
Es hilar fino, una vez que la obra se instala... Es decir, te llega el texto, haces un análisis, te juntas con el director y hacen un trabajo de mesa (análisis del texto literario); el actor se lleva el texto para aprendérselo y una vez que tienes el texto de memoria, comienzan los ensayos donde comenzamos a montar la obra; en este caso, se trata de una obra que tiene seis relatos, dividida en tres partes y cada parte tiene dos relatos; entonces, es montar cada relato. El montaje puede ser como una cebolla: no te quedas en lo superficial, sino cada vez vas encontrando en los ensayos más capas de interpretación, se vuelve algo que tiene más viaje, entiendes mejor de qué se trata el viaje, matizas mucho mejor; encuentras la sutileza en el trabajo del hilar fino. Mucha gente me dice: “¿Cómo haces para aprenderte todo el texto?”. ¡El texto es el 10% del trabajo! Aprenderse el texto no es el trabajo del actor. Es interpretar ese texto todas las veces como si fuera la primera vez, y encontrar durante los ensayos la ruta para que esa interpretación sea lo más orgánica, lo más sentida. En esta obra son seis relatos que me convocan como mujer, donde me siento reflejada y para poder entenderlo he tenido que viajar a mi propia historia personal.
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-¿Te ha costado ser actriz?
Al comenzar quizás me tuve que confrontar con el miedo de mis propios padres de saber que ser un artista en este país iba a ser algo difícil. Y no faltó el momento en el que me metieron un poco de miedo. Pero he sido afortunada porque me han apoyado mucho en el camino.
-¿Por qué ser actriz?
No elegí ser actriz, ser actriz me elige a mí. Formo parte de una familia que no tiene ningún vínculo con el arte. No tenía ningún referente cercano para el arte. Mi hermano mayor estudiaba Derecho. En mi familia, más bien, hay una historia de abogados.
-Aparentas cierta vena de abogada.
Todos pensaban que por mi personalidad sería abogada. Cuando le preguntabas a mi abuelo qué quería, él quería que yo siguiera sus pasos, pero mi mamá me cuenta que desde que yo era muy pequeña en alguna reunión de pronto yo aparecía disfrazada, maquillada y me ponía a cantar algo. Nadie me había dicho que lo haga. Desde muy chica tenía estas ganas de contar historias y de ser otras personas, pero nadie me lo enseñó. Mi papá tiene una prima hermana, pero cuando era niña yo no la tenía como referente cercano; después, de grande, se volvió mi referente: la actriz Ana María Jordán; la busqué, recibí clases de ella, pero ya cuando era adolescente.
-Así como el personaje del unipersonal, ¿en tu caso la actuación te ha ayudado a sanar heridas?
El contacto con cualquier tipo de arte te llevará a una confrontación personal, que te llevará inmediatamente a darte cuenta de cuáles son las zonas sanadas o no sanadas de tu historia. Y el arte sana.
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-¿Qué has logrado sanar?
Tanto he sanado...
-¿Fueron muchas heridas?
Tengo muchísimas debilidades, muchísimos defectos y muchísimas zonas oscuras. Todos las tenemos.
-¿Qué debilidades?
Ufff... Tengo varias. Primero que soy una persona paz, altamente sensible. Y eso me lleva a tomarme las cosas de manera muy personal, a ser una persona que no olvida con rapidez, no perdono tan fácil, tengo ese tema de ser un poquito rencorosa, muchas veces soy iracunda, me falta cultivar la paciencia, soy muy impulsiva. Lo que hacemos los actores todo el tiempo, al contar una historia, es tratar de entender por qué los seres humanos somos como somos.
-¿Y por qué somos así?
Somos personas que se corrompen en el contacto con el poder, hacemos la guerra. Taras que nos acompañan en la historia de la humanidad.
-En plena pandemia se decía que después deberíamos ser mejores.
Una de las cosas que más me gusta de hacer este unipersonal es poder conversar acerca de lo que acabamos de pasar. Vamos a necesitar mucha distancia. Pero todavía estamos saliendo...
-En tu caso, pese a la pandemia te casaste.
Es un acto de rebeldía contra tanta muerte o tanta enfermedad, porque me casé por civil en el 2020.
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-¿Por qué no esperaron a que pase la pandemia?
Nos salió del alma. Además, si dejábamos pasar la fecha, tenía que volver a hacer todo el trámite. Y Diego me convocó a verlo desde su perspectiva de acto de rebeldía y me encantó. Defendimos un espacio de felicidad.
-En el unipersonal se encuentra la libertad en la escritura. ¿Dónde la encuentras tú?
Sobre un escenario y viajando por el mundo.
-¿Sobre un escenario no hay, más bien, nervios, temor al error, la presión de hacerlo bien?
Sí, pero esa adrenalina comienza a ser tu aliada. El actor profesional sabe qué hacer con la mariposa y el vértigo, los disfrutas y, más bien, los utilizas como combustible para contar lo que tienes que contar.
AUTOFICHA:
- “Soy Karina Fiorella Jordán Manrique. Tengo 37 años. Nací en Lima. Acabé el colegio y estudié Actuación en la Católica, en el TUC. He hecho tanto teatro como televisión. En TV he hecho papeles diferentes, saltando de ficción en ficción”.
- “Me gustaría hacer mucho más cine de lo que hago. Por lo pronto, Soltera codiciada 2 se estrena en las salas en unos meses. Me parece que hacer cine es brutal, y es lo que más me provoca. También enseño actuación desde hace varios años”.
- “En abril me voy a Alemania, me toca pasar una temporada allá porque mi esposo Diego fue convocado por la televisión alemana y ahorita tiene un contrato por cinco años para una serie. Pero estaré viniendo siempre a Perú, cada vez que tenga un proyecto”.
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