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Araceli Poma, cantante: “Ante lo que vive el país, no podemos quedarnos callados”
Araceli Poma es parte del disco y documental 'Las guerreras de la música afro-peruana' (Just Play). La entrevistamos.
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El checo y el contrabajo bailan en pareja. La tradición peruana y la calidez de las cuerdas que evocan al jazz. Una guitarra criolla y una guitarra eléctrica también son parte de esta danza. La voz de Araceli Poma y las respuestas de una armónica completan el conjunto. Es un tondero que nos lleva de la mano y nos entregamos a él. Se trata de “Si es que me quiere”, canción que es parte del disco y documental Las guerreras de la música afro-peruana (Just Play), nominado a los Latin Grammy.
Araceli dice que era la niña rara. En su casa no se escuchaba música criolla, pero a los 12 años sintonizaba el programa Mediodía criollo y atesoraba un casete de Cecilia Barraza. En el colegio, oía a Los Trovadores y Los Morochucos. Tres años más tarde, le pidió a su padre, de origen huancaíno, que la inscriba en un curso de canto jarana en la peña Don Porfirio, donde el más joven de la clase tenía 50 años. Desde entonces, fue detrás del canto y las historias de los maestros del criollismo, entre tertulia y tertulia.
En plena carretera comenzaron los dolores de parto. Su padre manejaba y su madre, de 16 años, resistía. Viajaban de Trujillo a Hualgayoc. Llegaron a la casa de la abuela y el único médico del pueblo cajamarquino estaba entrado en copas. Pero a las 6 de la mañana, con siete meses, nacía Araceli Poma.
-Antes de empezar la entrevista me comentabas sobre las posibilidades de ser artista. ¿Hoy cuán difícil es acceder a ciertas vitrinas?
Más allá de ello, hay un problema que es más grande: a la cultura siempre se le relaciona con lo que no es necesario; por eso es la última rueda del coche, no es prioridad, es la materia que en el colegio no es obligatoria, es el curso electivo de la universidad. El reto mayor es no asociar el arte a lo accesorio.
-¿Cuál es el papel del artista en medio de la crisis política que vivimos?
Ante situaciones como la que vive nuestro país, el silencio es complicidad. Si los artistas tenemos esa vocación por la música y la música es una manera de dar mensajes potentes, no podemos quedarnos callados. Nos podemos ser cómplices ante esta situación lamentable que se está viviendo. Uno como artista está en su derecho de protestar.
-¿Cómo puede influir una artista, una cantante?
Es que hay artistas que se hacen de la vista gorda porque no quieren chocar. Me parece importante tener una posición. Es imposible quedarte callado.
-Hay quienes dicen que la música es solo entretenimiento.
Que vacío sería, ¿no? Es como poner una cara bonita sin tener palabras. La música, quieras o no, es política. Me sentiría una artista muy vacía si no tendría una posición en este momento, y solo cantando cosas bonitas y sonriendo para el público.
-¿Qué es ser una guerrera hoy?
Ser mujer. Y es difícil, porque a las mujeres nos están matando. Además, cada una tiene su lucha.
-¿Cuál es tu lucha?
Me enfrento a una sociedad machista y racista. He crecido en un ambiente, como la música, liderado por hombres. Vengo de la cuna del criollismo, he visto a los últimos maestros, como Manuel Acosta Ojeda, Carlos Hayre, Óscar Avilés. Pero también he visto cómo era ese mundo del criollismo y seguramente me reía de los chistes machistas, y también he ido aprendiendo, porque la cultura machista viene de casa. La teníamos interiorizada. Pero este despertar se ha dado: te cuestionas y te das cuenta de que hay cosas que no están bien, y que no las vas a permitir. Reaprendes. Y es un proceso también para todas y todos. En ese proceso de reaprender me he vuelto más guerrera.
-Creo que Las guerreras de la música afro-peruana apunta a un sonido más internacional, tal vez en la línea del world music. ¿Es así?
Eso lo manejaron los productores musicales, como Matt Geraghty, quien lidera el proyecto Just Play, en coordinación con Javier Lazo, quien es, para mí, uno de los productores más capos del Perú. Todo sin perder la esencia ni el sabor, por ello la presencia de Alfredo Valiente en el checo (instrumento de percusión afroperuano en forma de calabaza). El trabajo de Just Play es una apuesta que refresca la música peruana.
-¿Tú elegiste la canción “Si es que me quiere”?
Fue Javier Lazo. Y creo que de lo más bonito que me sale es el tondero, es mi género favorito. Tiene que ver con que soy una afroandina, una chola norteña. Así propuse que en vez de cajón se use un checo y que lo toque Alfredo. El tondero es bien afroandino.
-Pienso en Susana Baca, Novalima y ahora ‘Las guerreras...’. ¿Cuál es el potencial internacional de la música afroperuana?
Los extranjeros aman nuestra música. Conversaba con Matt Geraghty y le decía: “eres el nuevo David Byrne”, quien vino y produjo a Susana Baca y ayudó a internacionalizar su carrera. Creo que Matt hace esa apuesta. Y me parece que a la gente en el Perú le ha encantado. Si bien Eva Ayllón y Susana Baca han iniciado un camino, falta mucho por descubrir, porque la música peruana todavía no tiene el nivel de la música de Brasil o Colombia, y esto no significa que la música peruana tenga menos virtudes.
-¿Qué falta?
Justamente lo que está haciendo Just Play. Faltan productores que inviertan plata.
-¿Por qué el documental debería llevarse el Grammy?
Me pongo a pensar en las carreras de Rosa Guzmán y Charo Goyoneche, que son, para mí, las artistas más grandes y representativas que tiene nuestro país, y digo: “oye, ellas merecen tener un Grammy” (cambia el tono de voz y se emociona), por su trayectoria, por su trabajo, para que el mundo las siga conociendo, porque en el Perú no las conocen, y lo digo con todo cariño. Es imposible no conmoverme cuando pienso en ellas. Son maestras. Las artistas de nuestro país merecemos que el mundo ponga sus ojos en nosotras y en nuestra música. Pero con o sin Grammy, lo que define nuestro trabajo es la constancia.
AUTOFICHA:
- “Soy Araceli Amparo Poma Zúñiga. Nací en Hualgayoc, Cajamarca. Soy abogada de la Universidad Católica, porque si no estudiaba, mi mamá no me dejaba cantar. Tenía que seguir una carrera ‘decente’ para que no se ‘avergüence’ de que sea cantante de música criolla”.
- “Ejercí mi carrera, pero felizmente hace varios años me dedico 100% a la música. Me dije: si no quiero tener hijos y llevar una vida tranquila, debo hacer lo que me dé la gana y hay que perseguir los sueños. Entonces, no me veía con ciertas obligaciones, mis caminos son otros”.
- “En 2017, hice el disco Arando con Óscar Cavero. Este álbum recoge el repertorio no comercial, recogí repertorio que no conocía la gente y le di una visibilidad. Y ahora es un poco el camino, pero estoy aumentando nuevo repertorio. Estoy produciendo mi segundo álbum y lo trabajo con Just Play”.
AQUÍ PUEDES ESCUCHAR EL DISCO COMPLETO
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