Wonka.
Wonka.

Pocas películas influyen en toda una generación como lo hizo la original Willy Wonka y la fábrica de chocolate. A pesar de no ser fiel a la novela original, de autoría de Roald Dahl (1964), la cinta ha llegado a tocar el corazón de muchos. Por ello, , una precuela original, se encontraba con una tarea herculeana al querer retratar los orígenes de este universo sin recurrir a libro alguno para su guion. Muchos miraban con escepticismo esta cinta en su concepción. ¿Pudo al final encantar incluso a los cínicos más amargos?

En Wonka seguiremos al joven Willy Wonka (Timothée Chalamet), un muchacho con grandes sueños de abrir su propia chocolatería, siguiendo los deseos de su madre (Sally Hawkins). Pero no lo tendrá fácil, porque el despiadado cartel del chocolate hará todo lo posible para extinguir su negocio, incluso antes de que pueda abrir la tienda. Willy se tendrá que valer de su astucia y de sus nuevos y pintorescos aliados para poder compartir chocolate con el resto del mundo.

"Wonka". (Foto:Warner Bros)
"Wonka". (Foto:Warner Bros)

La película original es adorada por miles, por lo que no sería fácil en principio hacer una nueva adaptación de esta historia. El mismo autor de los libros, Roald Dahl, odió con pasión la cinta de 1971; y la crítica tampoco fue amable con la versión de Tim Burton, en 2005. Si se deseara aún recurrir a esta obra, era necesario hacer unos cambios para las nuevas audiencias. Adaptar una historia original, sin valerse de ningún libro, era una proposición arriesgada; pero solo así podría destacar.

Y en parte, funciona. Puede recurrir a la nostalgia pero sin descaro, y crear una nueva historia con sus propios giros y personajes. Gracias a una mayor libertad creativa, puede indagar en más elementos ingeniosos y emocionales en el guion. Con varios comediantes en el elenco, como Rowan Atkinson, la cinta aprovecha para inyectar elementos del característico humor inglés adaptado para un público familiar. Siendo un musical, también aprovecha para llenar la cinta de varias canciones agradables y pegadizas, con elegantes y energéticas puestas en escena. No hay cinismo en esta cinta, se deseó adaptar una película honesta y sincera, y cumplió su cometido. Es agradable ver una película familiar que no requiere de los chistes autoconscientes para ser divertida.

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Pero hay un tono amargo en este chocolate; es un aspecto mínimo, pero una vez que uno se da cuenta, no puede evitar recalcarlo. La cinta juega con lo estrafalario y lo extravagante, queriendo replicar la sensación de fantasía vista en cintas mágicas como Harry Potter o Paddington, pero el problema, justamente, es que llega a ignorar un componente clave de la historia de Wonka. Roald Dahl siempre tendía a implementar humor negro en varias de sus historias, y no temía castigar a personajes irritantes si lo veía apto; todo con tal de educar a los niños. Este aspecto del humor de Dahl parece haber sido ignorado en esta adaptación, decantándose por el dulce. Chalamet ha mostrado anteriormente bastante talento, pero aquí parece algo confundido a la hora de desplegar el carisma natural presente en la interpretación de Gene Wilder.

No será una decepción. Es encantadora, sencilla, graciosa y con canciones pegadizas. Las familias en busca de escapismo en estas fiestas, la obtendrán. Pero para aquellos fans acérrimos de Roald Dahl, se quedarán con las ganas de las acideces de Gene Wilder.

Fácil es el éxito asegurado de la Navidad.

DATOS

  • El elenco y equipo de producción comió tanto chocolate que varios acabaron enfermándose, entre ellos Timothée Chalamet.
  • Aunque la película es una historia original, siendo una precuela de la cinta de Willy Wonka de 1971, no está basada en ningún libro de Roald Dahl.

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