Paola Ugaz y Pedro Salinas publicaron en 2015 el libro 'Mitad monjes, mitad soldados'. (FOTO: FRANCISCO NEYRA / GEC).
Paola Ugaz y Pedro Salinas publicaron en 2015 el libro 'Mitad monjes, mitad soldados'. (FOTO: FRANCISCO NEYRA / GEC).

“Pao, esto dura tres o cuatro meses”. Le dijo el periodista Pedro Salinas. “Me engañó”, me dice ella entre risas 11 años después. Salinas pidió así la colaboración de Paola Ugaz para iniciar la investigación de abusos sexuales al interior del . En 2015 publicaron Mitad monjes, mitad soldados, que remeció los cimientos de este grupo religioso por los crudos testimonios de abusos sexuales y psicológicos sufridos por jóvenes dentro de la organización.

El caso ha trascendido las fronteras. Hace unas semanas, la cadena de Radio y Televisión Española (RTVE) publicó un documental de más de 40 minutos al que llamó Los pecados de Sodalicio: el mayor escándalo de abusos sexuales en la Iglesia peruana. Todo en medio de las amenazas a para que no publique un siguiente libro sobre el poder económico detrás de este grupo. Obra que escribe y espera publicar este año.

La humanidad cambiaba de siglo y la antropóloga se convertía en periodista. En diciembre del 99 ingresó a una redacción y en febrero de 2000 publicó su primera portada. Han pasado más de 20 años y Paola confiesa que uno de sus pecados es la terquedad. Se define como agnóstica formada en el catolicismo. Y en la no han faltado los “Dios mío”.

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-Como a todos, te toca afrontar una pandemia, pero, además, amenazas y procesos judiciales por el caso Sodalicio.

Estoy agobiada, pero cada día que pasa aprendo a ver cuán preparada estaba para esta pelea. Siento que están poniendo al límite mi trabajo como periodista de investigación al enfrentarme a una organización poderosa con lazos en la política, y ver que yo sí tenía el cuero para hacerlo. Estoy muy ligada emocionalmente a los sobrevivientes del caso Sodalicio por amistad, por familiaridad, por todo lo que están viviendo; y a ellos les afecta mucho ver que tengo dos juicios de difamación abiertos, que la Fiscalía me está investigando por lavado de activos, ver el acoso en redes sociales y las amenazas. Pero en general estoy bien.

-¿Hay espacio para el miedo?

No. El miedo no puede ser mi editor, como dice una frase de Gustavo Gorriti. No. Al contrario. Lo que han demostrado los ataques, desde 2018 en que empezaron, es que algo bueno debo estar haciendo.

-¿Las amenazas han llegado a lo físico?

No. Pero fueron dos amenazas de muerte, el año pasado en Instagram, donde hablaban de que se viene el Charlie Hebdo peruano, “vamos a acabar con ustedes”, “rojos de m”; fueron a la casa de Pedro Salinas a hacerle reglaje, hablan de mis hijos en redes sociales. Pero eso no impide que sigamos. Tengo más de 20 años como periodista y me preocupa que otros periodistas que vienen atrás, jóvenes, vean que al investigar a organizaciones poderosas o políticos poderosos, mi caso les impida hacerlo. Siento que soy un tubo de ensayo de un ecosistema, donde ahora da la casualidad que una de las personas que financia este ecosistema de la desinformación contra mí es candidato presidencial. Se está replicando el modelo Bolsonaro.

-¿Te refieres a López Aliaga?

Sí. Me refiero a Rafael López Aliaga, que es una de las personas que financia las campañas de desinformación contra Pedro Salinas, contra mí, contra el periodista José Enrique Escardó. Se está replicando el modelo del presidente Bolsonaro en Brasil, que es destruir tu reputación, llenarte de procesos judiciales, acosarte todo el tiempo, inventarte historias, como que yo dirijo una red de lavado de activos. Eso es exactamente el modelo Bolsonaro. Patricia Campos Mello en Brasil ha publicado un libro que se llama Máquina del odio. Ella sufre el mismo acoso. Su hijo de seis años entró al YouTube y encontró un montón de videos con la cara de su mamá como si fuera una prostituta en la calle. Ese método se quiere replicar en Perú, por eso siento que soy un tubo de ensayo para ver si conmigo les liga; y si les liga, seguirán con otros periodistas. El año pasado saqué un artículo donde denunciaba directamente que López Aliaga es parte de un ecosistema de desinformación donde se me acusa de todo, con el fin de acabar con mi reputación como periodista, porque en la investigación que tengo sobre el Sodalicio y sus negocios comerciales, da la casualidad que López Aliaga tiene relación con la parte comercial del Sodalicio.

-¿Qué lazos hay entre el poder económico y el Sodalicio?

Rafael López Aliaga ha dicho en una entrevista que Jaime Baertl, sacerdote y jefe de la parte empresarial del Sodalicio, es un santo y que a él se le tiene que separar de todo lo que es el Sodalicio. Jaime Baertl hace negocios para López Aliaga, por eso dice que es un santo y que Figari es el malo. El Sodalicio es un sistema en el cual hubo abusos físicos, psicológicos, sexuales y abusos económicos, que son los que estoy investigando. Era muy fácil para el Sodalicio hacer negocios usando el paraguas de la Iglesia Católica –el concordato firmado entre el Perú y el Vaticano–, porque eso impedirá que pagues impuestos; puedes tener negocios como colegios, universidades, cementerios y no pagar ningún impuesto porque es de la Iglesia Católica; y puedes tener negocios de otro tipo, que no son lucrativos. Sobre eso vas armando el imperio del Sodalicio, y en esos lazos tienen relación comercial.

-Pecaré de ingenuo. ¿No serán casos aislados que no comprometen a una organización?

Ser un sodálite, mitad monje, mitad soldado, significa ser misógino, racista y vengativo. Te dan tu vuelto. Pedro Salinas y Paola Ugaz no fuimos demandados casualmente en 2018 por el arzobispo del Sodalicio José Antonio Eguren en Piura. El Sodalicio nos dio el vuelto al libro Mitad monjes, mitad soldados, que si bien acabó con su reputación social, no hizo que se detengan sus negocios. Entonces, cuando se enteran que estoy haciendo este libro sobre los negocios del Sodalicio, es que viene la turbamulta contra nosotros; era un dos por uno: nos vengamos de Pedro Salinas y Paola Ugaz, y a su vez impedimos que ella publique el libro. Y todo viene creciendo, pero ha sido una motivación mucho más grande para seguir. Es un trabajo con abogados pro bono que me ayudan para que cada capítulo esté siendo revisado para evitar futuros juicios. Lo más paradójico es que no he publicado una sola línea del libro, pero ya tengo todos estos procesos.

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-Sobre los juicios por difamación y lavado de activos, ¿qué dirías en tu defensa?

El director de La Abeja, Luciano Revoredo, excandidato al Congreso de López Aliaga, me demandó por difamación agravada, porque dije que su portal La Abeja es difamatorio, y lo sigo sosteniendo. Me dicen corrupta, cínica, jefa de trolls, que comercializo uranio y plutonio con la familia Vargas LLosa en Piura. Se me acusa de todo. Todo es falso.

-Pero te acusan de lavado de activos, que es algo grave.

Es una denuncia de Luciano Revoredo presentada a la Fiscalía Anticorrupción, basada en otro documento de Edgardo Palomino Martínez. Ambos candidatos del partido de López Aliaga. No hay coincidencias. Sobre esos documentos me abrieron la denuncia en la Fiscalía que dirige Domingo Pérez sobre lavado de activos en el caso gigante de Susana Villarán. Todo es falso. Yo ni siquiera estaba en el país.

-¿Qué poder tiene hoy el Sodalicio, cuál es su vigencia?

El informe que hizo el congresista Alberto de Belaunde en el Congreso estaba por llevarse al Pleno. Ese informe incluye el testimonio de Cecilia Valenzuela, porque fue el primer programa que sacó el caso Sodalicio, el caso Borea y el caso de niñas violadas en la selva. Ese informe final no puede ir al Pleno todavía desde hace dos congresos. Está listo para que se apruebe y vean qué se puede hacer desde el Estado. Es una prueba tangible del poder del Sodalicio. Los abogados que los defienden son de los mejores estudios de Lima. Los jefes del Sodalicio no están en Perú, pero su poder es tangible en la política y ahorita tienen un candidato que está clarísimo que es Rafael López Aliaga. En el Congreso no les ha pasado absolutamente nada porque desgraciadamente no permiten que esto vaya al Pleno. El Estado no ha hecho nada por uno de los primeros casos más grandes de abusos en serie y para que no vuelvan a pasar. En EE.UU. ningún menor de edad puede estar a solas con un profesor o sacerdote después de las graves denuncias de abusos contra menores. Es paradójico y triste que la única persona condenada por el caso Sodalicio sea Pedro Salinas. Claro, luego reculó Eguren.

-¿Y Figari dónde está?

Para el documental de la TV española intentaron buscarlo y dicen que está al sur de Roma, en una casa de ancianos, pero nunca lo encontraron. Está pagado por el Sodalicio, protegido y hasta ahora el juicio de prisión preventiva tiene desde 2017 esperando que un juez lo programe. Ningún juez peruano ha programado el juicio de la audiencia para pedir prisión preventiva a Luis Fernando Figari, fundador del Sodalicio. ¿Dónde está el poder del Sodalicio? Bueno, es otra prueba de que el Sodalicio sigue siendo poderoso. Son invisibles a nuestros ojos, pero tangibles en la vida diaria.

-¿En este momento puede haber menores en riesgo de abusos sexuales?

No lo sé. Espero que no. Pero la organización sigue funcionando, sus colegios siguen funcionando, sus negocios siguen funcionando. Y todo sigue igual, no les ha pasado nada. Lo único que han perdido es un poco de prestigio social.

-¿La Iglesia sí ha tomado cartas en el asunto?

Corren nuevos vientos en la Iglesia católica, porque gracias a que el arzobispo Carlos Castillo hizo este comunicado cuando condenaron a Pedro Salinas en Piura, movió la Iglesia. El equipo del Papa nos hizo llegar un mensaje de solidaridad y poco tiempo después Eguren reculó; tuvo que retroceder en nuestros juicios. Era una contradicción que en el mismo año que se hacía el Congreso Mundial contra la Pederastia Clerical, reconociendo que la Iglesia Católica había dejado este tema sin atender, el arzobispo nombrado por el Vaticano demandaba a los dos periodistas que habían denunciado pederastia clerical en el Perú. Hay nuevos vientos.

-Pero en el nuevo libro chocas con dinero y pensamiento. ¿Qué has encontrado que te ha sorprendido?

La hipótesis que terminé probando fue que los abusos físicos, psicológicos, sexuales se comprobaban también en el lado económico, las mismas malas prácticas.

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-¿Cómo sería el Perú según López Aliaga?

Las mujeres estaríamos en peligro. También la población LGTBIQ y los periodistas. Es una persona que su única manera de responder es a través de bravatas, juicios, acosos, insultos y hostigamiento, como si fuera un buldócer. Rafael López Aliaga es un peligro para mujeres, población LGTBIQ y periodistas. Te lo digo yo que, junto a Pedro Salinas, lo vengo sufriendo desde el año 2018. Que dos excandidatos al Congreso de López Aliaga hayan demandado y sigan demandando periodistas no es poca cosa.

-¿No te arrepientes de haber empezado este caso?

Al contrario. Cada sonrisa, cada agradecimiento valen la pena.

-Pero vivirías más tranquila.

En unos años, cuando pase esto, miraré atrás y veré que me ha hecho mejor persona, más fuerte. No voy a permitir que mis sueños, como tener una escuela de periodistas, se quiebren.

-¿Eres mitad periodista, mitad suicida?

No, no. Eso sí no. Siempre he sido muy cuidadosa. Si tengo una historia que me pone en peligro a mí o mi familia, no vale la pena.

-Pero ahorita está en peligro tu persona y tu familia.

(Guarda un breve silencio). No lo veo así. Esta historia tengo que contarla. Al contrario, es un ejemplo de que hay que contar esta historia porque no puedo permitir que tantos ataques tengan buen puerto. Nunca he sido temeraria. Cuando Pedro Salinas tuvo muchos ataques –él y su familia– que afectaron su vida, le dije que lo dejemos. Me dijo que sigamos. Y ahora el (nuevo) libro saldrá de todas maneras.

-¿Chocar con el poder económico es más fuerte que chocar con el poder religioso?

Sí, totalmente. El equipo del papa Francisco nos apoya, son solidarios con nosotros.

-¿Duermes tranquila, Paola?

Duermo súper bien. No me han quitado el sueño.

AUTOFICHA:

- “Soy Paola Margot Ugaz Cruz. Mi edad es 47 años. Estudié Antropología y me falta la tesis. Pero soy de oficio periodista, porque entré a Caretas, en diciembre del 99, cuando ya había acabado la carrera; entré grande al periodismo. Pero me enganché, me encantó”.

- “De Caretas me fui a trabajar con Cecilia Valenzuela, a Entre líneas de Canal N. En paralelo fui corresponsal de una agencia de noticias. De ahí trabajé en la agencia Efe cuatro años. Me llamó Gustavo Gorriti para trabajar en Ideele. Luego pasé a La Mula como editora general”.

- “Luego trabajé un año en el municipio de Lima con Susana Villarán, en social media. Salí y entré de corresponsal del ABC de España. Ya había empezado Mitad monjes, mitad soldados. El nuevo libro aún no tiene nombre. Me gustaría escribir un libro tributo a la valentía de los sobrevivientes al Sodalicio”.

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