Diana Okuma también ha publicado el libro 'Nikkei'.
Diana Okuma también ha publicado el libro 'Nikkei'.

“¿Cómo hago para hacer eso?”. Se preguntaba de niña mientras miraba dibujos animados en la televisión. Las recordadas Merrie Melodies: Fantasías animadas de ayer y hoy. Los movimientos y los colores cautivaban sus sentidos. Y así empezó a crear, con palitos, casitas y cosas sencillas, como las llama. Me dice que tal vez su madre conserva algún dibujo inicial, inmediatamente después dibuja una sonrisa que parece retratar a la niña de entonces.

Tiene 33 años y quiere aprender de la pintura, porque –asegura– es un formato liberador, donde no existe el tantas veces usado Ctrl+Z, atajo tecnológico para rehacer una acción. Es diseñadora gráfica e ilustró el libro de la colección Peruanos Power de Ediciones Pichoncito, obra escrita por Jenny Varillas Paz, donde se traza la vida y trabajo creativo de la pintora que nació en Supe, en 1928, y falleció en Lima en 1984, de quien en mayo se subastó en Nueva York, en menos de dos minutos, el icónico cuadro “Tristán e Isolda” por un monto de US$882,000.

Diana Okuma nació en Lima, pero es porque sus abuelos llegaron del Japón. Dice que del japonés heredó el pensar en comunidad, en el bien común; y del peruano, el deseo de mejorar. “Creo que es una bonita mezcla”, agrega y vuelve a sonreír con un tono optimista, como su obra.

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-¿Cómo te encuentras con Tilsa Tsuchiya?

Había escuchado de ella y había visto un poco de su trabajo, pero fue con el proyecto de Ediciones Pichoncito que la conocí más a fondo: ¿cómo fue su vida?, ¿por qué su obra es así? Uno ve la obra del artista, pero si no sabes el contexto o cómo es su vida, no entendemos al 100% la obra. A la vez, no creo que haya una sola interpretación de una gráfica.

-Como público hay que ir más allá de lo que vemos...

Claro, es preguntarnos por qué quiso decir eso, por qué ese color, por qué esa forma.

-¿Qué te deja este encuentro con Tsuchiya y su obra?

Tilsa fue una artista nikkei y tusán, tenía ascendencia japonesa y china. Y mezcló lo que fue y aprendió para hacer su propia obra. Se trata de eso: de tomar de la cultura que hemos aprendido, de la que tenemos ahora para poder sacar algo propio, algo con lo que podamos aportar. Para mí ha sido como un refuerzo, un ejemplo de que sí se pueden lograr cosas únicas y personales con toda la historia y referencias que tenemos.

-¿Encontraste algo en común contigo?

Su vida fue distinta. Comprendo que ella tuvo un camino difícil a la hora de estudiar arte. En mi caso, felizmente mis padres me apoyaron mucho en la elección de lo que elegí estudiar. Yo pensé que tal vez yo no podría estudiar arte.

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-Ser mujer y artista en los tiempos de Tilsa debe haber sido complejo...

Súper complicado, porque además con la pérdida de sus padres ella tuvo que también trabajar porque tenía a sus hermanos. Debe haber sido difícil trabajar y seguir pensando en el arte, lo que aprecio un montón. Muchos quieren ser artistas, pero no muchos, como Tilsa, tienen la fuerza para lograrlo.

-¿Ella se adelantó a su tiempo?

Me parece interesante el hecho de usar personajes, como los peces, sus personajes semihumanos, semianimales. Eso me parece genial, porque es muy de ella. Pero sí siento mucha referencia de las pinturas japonesas y chinas, este estilo suave, estos fondos de montañas, de pinturas clásicas. (Este libro) es una gran oportunidad de conocer a la artista y su historia, cómo se desarrolló desde pequeña, su deseo de querer estudiar a pesar de todos los problemas.

-¿En tu trabajo eres deudora de la pintura?

Tengo referencias de todo lo gráfico que puedo ver. Me gustan los dibujos animados, las películas, los cómics, el anime, los mangas, las historietas francesas. Pero cada artista le da un estilo distinto. Lo bonito es entender ciertos elementos y aplicarlos.

-Hoy que la historieta, el manga, el anime gozan de buena salud, ¿la pintura podría lucir como un arte antiguo, tal vez anacrónico?

Para nada. Todo va junto, todo va a la vez. He visto muchos ilustradores que toman mucho de la pintura y hacen sus propias historietas y cómics. No hay que separar, todo va de la mano, algo jala a lo otro. Yo estudié Diseño Gráfico, no estudié ilustración ni dibujo ni pintura. Pero poco a poco fui variando y sigo aprendiendo porque todavía no me hallo. Hay cosas que me gustan de las ilustraciones, de los cuentos, del diseño, de las historietas, de la pintura.

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-Estudiaste Diseño Gráfico, pero tal vez la ilustración te colocó la etiqueta de artista. ¿Cómo te identificas?

Yo decidí ser diseñadora. Pero incluso los artistas tienen que hacer obras por encargo. Hay diseñadores que hacen obras porque ellos quieren. Es relativo. Yo me defino como diseñadora porque es muy amplio. Al final, soy yo; y el trabajo es el que habla.

-Muchos deben estar en la encrucijada de estudiar Arte o Diseño Gráfico. ¿Qué hacer?

Se dice mucho que del arte no se puede vivir. Y en realidad, ninguna carrera te dará si no trabajas. Solo dibujar no nos dará dinero, hay que trabajar, seguir estudiando, buscar oportunidades nuevas. Si uno quiere un trabajo rentable, hay que trabajarlo. Si solo dibujas, solo pintas o solo ilustras, no es suficiente. No es solo la carrera, es uno. Por otro lado, es muy importante darles confianza a los padres: si uno es un joven que no cumple o no es responsable, los padres no tendrán la confianza para pagarte una carrera.

-Finalmente, están invirtiendo dinero.

Yo no pondría mi dinero en algo que no me inspira confianza.

-Si de acá a cien años se hiciera un libro sobre ti, ¿qué quisieras que se diga?

Que trabajé en muchos proyectos diferentes. Libros, minivideos, tutoriales, etc. Me gustaría que la historia que yo tenga incentive a otras personas a dibujar, a ver la gráfica o el arte como una opción.

Colección Peruanos Power.
Colección Peruanos Power.

AUTOFICHA:

- “Soy Diana Okuma Oshiro. Tengo 33 años. Nací en Lima. Mis abuelos, maternos y paternos, son de origen japonés. Hace unos años tuve la oportunidad de ir a Japón por una beca. Estuve dos semanas en un colegio japonés, era un intercambio, ahí entendí muchas cosas”.

- “Estudié Diseño Gráfico en Toulouse Lautrec. Terminé y me dediqué a trabajar. Siempre llevo clases online. He publicado el libro Nikkei, sobre lo que es ser parte de esa comunidad. También ilustré Cabecita de jardín de Mayte Mujica”.

- “Mi primer libro fue uno de cuentos clásicos japoneses; trabajé en el libro ¿Qué pasa en la granja?, de Cecilia Lázaro. Gané una mención honrosa en el Concurso Nacional de Narrativa Gráfica con una adaptación de El conspirador de Mercedes Cabello. Y tengo un libro que se llama Patata. ¡Mi diario de dibujo!, cómic que escribí e ilustré”.

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