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¿Por qué algunos peruanos no entienden la importancia de quedarse en casa por cuarentena? Te explicamos desde la psicología

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Aglomeraciones en mercado en tiempos de cuarentena. (GEC)
Fecha Actualización
“¡Por favor, evitemos salir! Es el secreto para vencer al COVID-19”. Con estas palabras casi todos los días el presidente Martín Vizcarra aparece en televisión nacional pidiéndote que te quedes en casa y no te contagies del coronavirus. El resultado: en nuestro país van más de 52 mil detenidos por vulnerar la cuarentena desde el 16 de marzo y esto sucedió en todos los lugares y en todas las clases sociales.
Aunque la preocupación nos invade a muchos por las cifras de contagios y muertes por el COVID-19 que no solo hay en nuestro país, sino en el mundo (más de 108 mil) y sabemos que con el aislamiento social podemos frenar a este virus, ¿por qué algunas personas no hacen caso a las restricciones?
Para la psicóloga Viviana Ola Banda, con maestría en Ciencias de la Familia, en el ser humano se produce una disonancia cognitiva. “El Gobierno dice no salgan, la psiquis asume eso, pero se hace lo contrario. Es decir, saben lo que es correcto y actúan de otra manera”, explica.
Esta teoría de la disonancia cognitiva —que planteó el psicólogo estadounidense Leon Festinger en 1957— se refiere a la tensión, malestar o incomodidad que percibimos cuando mantenemos dos ideas contradictorias o cuando nuestras creencias no están en armonía con nuestra conducta. Este displacer puede llevar a un intento de cambio de la conducta o a defender sus actitudes (incluso llegando al autoengaño) para reducir el malestar.
Y en nuestra realidad, al chocarnos con un “encierro” que es necesario, los ciudadanos, pese a que saben lo que es correcto, por miedo o tensión de no tener lo que otros pueden adquirir se desesperan y salen alborotados a la calle y aglomeran los mercados, que se han convertido en focos infecciosos del COVID-19.
“Entonces si uno no acata las órdenes y sale, se produce la histeria colectiva. Por temor de no conseguir lo que otro tiene: comida, agua, la gente imita comportamientos, pero los reproduce por ansiedad y miedo. Lógicamente esta situación del coronavirus ha provocado miedo, angustia, ansiedad y por eso la gente se deja llevar por sus emociones”, prosigue la psicóloga.
El hombre es “animal” de costumbres y la gente se ha acostumbrado a vivir desordenadamente y por eso no sigue las instrucciones del presidente. A eso sumamos que ahora prima el individualismo y solo se piensa en ‘mi familia’, tener comida sin importarme el bien del otro”, agrega.
Pero también hay personas que siguen saliendo a la calle sin causa justificada (para ver al enamorado (a), estar en reuniones, ejercitarse, etc.), Ola Banda señala: “A ellos les mueve el egoísmo, como se creen los inmortales, los ‘vivos’ del barrio y que no les pasará nada, no ven más allá de lo que pueden provocar, es decir, causar el daño de contagiar a otros. Estos sujetos no tienen empatía y no tienen un plan de vida, solo quieren el placer del momento”.
DISCIPLINA
Sin disciplina no se logran los objetivo y esto es todo un proceso que tiene que ver con la paciencia, constancia y perseverancia. Para salir de esta situación terrible, a consecuencia del coronavirus, las personas deben tomar conciencia.
Si fuéramos disciplinados podríamos gobernar nuestros pensamientos, por ende, emociones y reacciones, así acataríamos las órdenes para que no se expanda más este virus, pero como no somos disciplinados, no hemos desarrollado dominio propio. ¿Y qué se viene? El efecto dominó: una pieza cae y todas caen”, sostiene la experta
Incluso, el mandatario mencionaba días atrás que todo este esfuerzo que hacen no debería ser en vano: “Esta guerra (…) la vamos a lograr en la medida que seamos disciplinados. Todo el esfuerzo económico y presupuestal que estamos haciendo, si no somos disciplinados, y no tenemos su apoyo y su compromiso, sería en vano”.
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FALTA REEDUCACIÓN
Tuvimos que llegar a un punto crítico para ver nuestra realidad. Ahora nos toca enfrentarla y más allá del Gobierno, también tiene que ver con nosotros mismo. ¡Cuánta falta nos hace tener en este momento buenos hábitos!
En nuestras sociedades falta mucha reeducación y ahora con esto se ve la urgencia de cuán permisivos somos en muchos aspectos de la vida. Nuestros hábitos no van a cambiar de la noche a la mañana, pero lo que pasa es un precedente para poder pensar bien en qué estamos fallando como individuo. Es penoso ver esta realidad, pero debemos aprender a no ser egoísta en general. Haz un alto y reflexiona sobre tu estilo de vida”, resalta la psicóloga.
La psicóloga Viviana Ola, que por muchos años vivió en nuestro país, es una ecuatoriana que también no es ajena a esta angustia por la pandemia del coronavirus. En Ecuador hay más de 7 mil infectados y más de 300 fallecidos a consecuencia del COVID-19.
Mi país está duramente golpeado por el coronavirus. Igual que en Sudamérica y el mundo, la gente no entiende. Pero en comunidades alejadas en Ecuador funciona la ley del indígena: si sales te bañan en agua helada, te ortigan, te da un castigo físico y te mandan calato a tu casa. ¡Santo remedio! A un visitante le hicieron eso y nadie sale. En esos lugares no hay contagios. ¿Queremos llegar hasta ese punto? ¡No! No permitimos la violencia, pero deberían existir sanciones más drásticas por parte de las autoridades”, señala Viviana, quien cree que de toda adversidad siempre sacamos lo mejor y hay enseñanzas.
Es tarea de todos ser responsables, no solo ahora que vivimos en tiempos de coronavirus, sino siempre. En más de 192 países está el virus, la diferencia que podría existir entre uno y otro dependerá de nosotros con el comportamiento que tengamos. Esperemos volver a decir muy pronto la frase de nuestro Himno Nacional: ¡Somos libres, seámoslo siempre!
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