[Opinión] Aldo Mariátegui: “Boluarte, recuerde al Día del Carácter”.
[Opinión] Aldo Mariátegui: “Boluarte, recuerde al Día del Carácter”.

Dina Boluarte no debe renunciar porque eso sería abrir una caja de Pandora con consecuencias inimaginables. Debe tener un temple thatcheriano frente a esta ola de gamberros e ignorantes manipulados por la izquierda y sus sueños de capturar definitivamente el poder a lo chavista, con una Asamblea Constituyente. Y para eso Boluarte debería revisar la historia del Perú y enterarse lo que fue el Día del Carácter.

Corría el 29 de mayo de 1909 y el Perú era gobernado por Augusto Bernardino Leguía (primera administración, 1908-1912. La segunda comprendió de 1919 a 1930). Leguía aún no había roto definitivamente con el Civilismo pardista y había colaborado con este partido en alejar del poder al Partido Demócrata, que era dominado por Nicolás de Piérola (apodado “el Califa”. Ya por aquel entonces tenía 70 años, una edad muy avanzada para la época) y su familia.

Sintiéndose aislados, un hermano del “Califa” (Carlos) y dos sobrinos (Isaías y Amadeo) decidieron dar un golpe de mano para tomar el poder. Así, una turba armada de revólveres irrumpió esa tarde en Palacio, mató al edecán presidencial Eulogio Eléspuru y secuestró al presidente Leguía, al que llevaron a empujones por el Jirón de la Unión hasta la Plaza Bolívar. Allí le presentaron un documento de renuncia a Leguía, que además de estar encañonado tenía atrás a un moreno que le amenazaba con un roca. Pero Leguía era de otra madera, y respondió varias veces: “No firmo”, a pesar de poder ser linchado o abaleado fácilmente.

Esta situación duró unas horas, hasta que una patrulla del Ejercitó arribó para rescatarle. En total, hubo cien muertos, pero Leguía y su ministro de Justicia, Manuel Vicente Villarán, salieron indemnes. Por supuesto que su popularidad se disparó ante esa muestra de viril firmeza. Los revoltosos detenidos fueron increíblemente amnistiados en 1911 (sí, en el Perú se ha sido siempre benevolente con el salvaje) y se estableció después un fugaz “Día del Carácter”.