Ante el fallecimiento de Alberto Fujimori, Expreso hace la siguiente pregunta en su primera plana: ¿Se acabará el odio? La República, diario ideológico de izquierda, deja entender que murió como un cobarde.
Lo que Expreso no menciona es de dónde viene el supuesto odio, todos sabemos que no se originó en la ciudadanía. Entonces, ¿quiénes odiaban a Fujimori? Los caviares, los izquierdistas, los prosenderistas y todos sus derivados. Políticos como García Sayán que, como ministro de Justicia de Paniagua, liberó y abrió las puertas para que miles de terroristas sean liberados. Los que participaron en el gobierno de Toledo, posiblemente el gobierno más corrupto de la historia, que, además, fortalecieron las ONG de izquierda caviar, que lucran con el odio y controlan, hasta hoy, el sistema judicial y los medios de comunicación.
Estos son los que, a través de los años, crearon el odio a Fujimori y lograron sembrarlo en buena parte de la población.
De La República, un medio que utiliza su ideología para hacer negocios, ¿qué podemos esperar? ¿Cómo se puede insinuar que es cobarde un presidente que tuvo la valentía de enfrentar al terrorismo y vencerlo, de enfrentar a la hiperinflación y vencerla, de hacer que universidades, colegios y cárceles dejen de ser centros de adoctrinamiento terrorista?
Qué podemos esperar de un medio como La República, que actualmente está asociado, de hecho, con personajes como Gorriti, para manejar la justicia como le da la gana.
Un medio que ha sido, en los últimos 25 años, la caja de resonancia de los sembradores del odio a Fujimori, pero que en 1990 lo premió como el hombre del año. Un medio que ha tenido el descaro de perseguir a través de sus páginas a empresarios y políticos, cuando su dueño fue, según Vladimiro Montesinos, incontables veces a verlo, siendo reclutado para ser el topo de la prensa peruana, y que, además, le pidió favores para realizar negocios de explotación en el norte del Perú.
La cobardía se define como: “ausencia de valor, determinación y voluntad para actuar cuando es necesario ante una situación potencialmente rigorosa o comprometedora”. Por lo tanto, a Fujimori no le cabe dicha calificación. Sin embargo, a La República sí, la podemos definir con las siguientes palabras: cobardía, hipocresía, maldad, mentira y manipulación.
Más allá de lo dicho, y en honor a la verdad, los gobiernos de Fujimori serán recordados por salvar al país, pero también por errores no forzados.
Esta, queridos amigos, es la verdad, y la verdad es el primer paso del Cambio de Ciclo.
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