El otro día fui al colegio de mi hija para un conversatorio. Era para que los padres y profesores charláramos y pensemos juntos sobre las problemáticas de estas chicas adolescentes. Tienen 14 años. Tanto las mamás como los profesores coincidían en el diagnóstico: chicas estresadas, perfeccionistas, ansiosas, que sienten que no están a la altura. Toman café, hacen “all nighters” (amanecerse estudiando). ¡Pero tienen 14!