soñaba con ser músico, pero terminó siendo chef. Hoy también tiene un sueño: preparar vinos, en Ica. Mientras todo avanza, Siete –su hijo más querido– acaba de ganar el premio Summum en la categoría Nuevo Restaurante, un reconocimiento que lo llena de orgullo, sobre todo, porque este año han surgido buenas y nuevas propuestas.

Martins es un tipo sencillo, apasionado, amante de la música y muy preciso con su cocina. “Yo quería algo divertido, inquieto y que tenga un buen producto, que el comensal salga con el recuerdo de los platos y de la experiencia”, dice, mientras nos alistamos para un imponente asado.

Sabores21: Ricardo Martins, el sueño se hizo realidad. (Esther Vargas)

Siete es un espacio donde las paredes son de adobe y la atmósfera te transporta a alguna casa de los abuelos, o al bar café que ubicas de casualidad en una callecita. Pero nada es circunstancial en Siete, donde Ricardo –de la escuela de Virgilio y Rafael Osterling– no deja atrás aquellas experiencias que uno nunca olvida: como cuando preparó en la casa de unos amigos de Madrid el peor plato de frijoles del mundo, pues se olvidó de remojarlos la noche anterior.

En Siete no pasan esas cosas. El chef es como un relojero, atento al segundero. El tiradito con la pesca del día o la exquisita tarta de queso son una delicia, que invitan a regresar. En su cocina hay simplicidad y estilo, como cuando dejas huella casi caminando de puntitas.

El secreto de Siete es la expresividad, dice Martins. Y agrega: “También las emociones que transmitimos”.

DATO

- No se pierdan el imponente asado de tira Angus ‘Faxiao’. Perfecto para compartir y no olvidar.

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