La escritora Micaela Chirif ha recibido diversos reconocimientos internacionales. (Foto: César Campos).
La escritora Micaela Chirif ha recibido diversos reconocimientos internacionales. (Foto: César Campos).

Junto a su ventana hay un árbol habitado por cuculíes que cantan en la mañana. Y de vez en cuando, pasa alguna ardilla. En la ventana del edificio vecino, en las mañanas, suele posarse un colibrí. Pero no tiene ni perro ni gato. Prefiere los animales silvestres.

Y sobre ellos escribe en Animales peruanos (Planeta, 2020), libro ilustrado por Loreto Salinas y que en más de 200 páginas nos acerca a 68 animales que habitan en nuestro país. Una obra amable y de impecable edición, que sobre todo despierta nuestra curiosidad. Etiquetada dentro de la , no solo es para niños. “Uno de los objetivos del libro es que miremos otra vez lo que tenemos alrededor”, dice la prolífica escritora que ha recibido diversos reconocimientos internacionales, que ha sido traducida al portugués, francés, inglés, coreano y japonés y que está por publicar cuatro nuevos libros.

De niña jugaba a . Se encerraba en el clóset para sumergirse en la lectura. Cuando le ordenaban apagar la luz, se refugiaba debajo de las sábanas y con una linterna continuaba leyendo. El solo acto de leer la tenía fascinada. Leía la información de las latas de leche; cuando iba por la calle no se perdía cada cartel que aparecía en su camino. Y hoy, de grande, juega a escribir. Dice que es como construir con legos.

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-En la descripción personal del libro confiesas que de niña imaginabas que un tigre entraba por tu ventana para cantarte una canción. ¿Qué te cantaba?

(Risas). Siempre tenía esas cosas que uno tiene de niña. Imaginar cosas extrañas, inusuales. Siempre me gustaron estas capas de extrañeza que hay a veces en la realidad más cotidiana.

-¿Dirías que eras una niña que se salía de lo común?

En realidad, las niñas que fantasean son las más comunes; lo que pasa es que no siempre se permite o no siempre las niñas lo expresan, a veces por represión o por no encontrar interlocutor o porque se les fuerza a otro camino. Y no solo los niños; los adultos también fantaseamos todo el tiempo, sino que lo conservamos de manera muy privada o lo descartamos.

-¿Con qué más fantaseabas cuando eras niña?

Desde la pregunta absurda que les hacen a todos los niños de qué vas a ser de grande, y todo lo que imaginé que iba a ser.

-Lo siento, pero te haré la pregunta: ¿Qué querías ser de grande?

Escribí algún textito de todas las cosas con las que fantaseé, pero ya ni me acuerdo. Tal vez desde que se te ocurre ser madre y vas a tener 12 hijos y los vas a criar a todos en una granja; pero al día siguiente no quieres tener ni uno solo y quieres viajar sola por el mundo y no casarte jamás. De alguna manera, escribir te permite un acceso a esas fantasías.

Libro ilustrado por Loreto Salinas.
Libro ilustrado por Loreto Salinas.

-¿Y cómo ha sido, desde niña, tu relación con los animales?

Soy poco apegada a los animales domésticos. Nunca he sido muy apegada a tener un perro o un gato. Los animales silvestres me parecen mucho más atractivos.

-¿Por qué?

De alguna manera, son más animales. Pero hay algo de lo salvaje que se ha perdido en este proceso de domesticación. Todos esos procesos de humanización de los animales me parecen que son un poco crueles, atentan contra la naturaleza misma de un animal. Y a los humanos a veces se nos olvida que también somos animales. Una de las cosas que me interesaban con el libro era ponernos a pensar en todos los animales que viven bastante más cerca de nosotros de lo que pensamos, que compartimos territorio con ellos.

-¿Nuestro concepto de animal también se ha domesticado?

Es posible. La ilustradora del libro, Loreto Salinas, me contaba que cuando estuvo haciendo un libro sobre aves se empezó a dar cuenta de todas las aves que tenía en su jardín, que normalmente no las había mirado tanto, que pensaba que eran dos o tres tipos de aves, pero en realidad eran como 12 variedades las que tenía en su jardín.

-Y muchas veces los animales silvestres tienen elementos en común con nosotros. Por ejemplo, cuando describes a la iguana: “Tiene una rutina y no le gustan los cambios”. Parece que describes a un humano.

(Risas). Es que también ha sido un trabajo para encontrar la forma de plantear los textos. Es un animal, es distinto a ti, pero tampoco es tan distinto.

-O el caso del cóndor, del que escribes que tiene la misma pareja toda su vida. O el pulpo, que se aburre.

Me pareció fantástico descubrir que los pulpos juegan. Que si no tienen nada que hacer, se aburren. Son animales muy inteligentes. Buena parte del trabajo fue ir buscando esos ángulos y datos que pudieran despertar curiosidad.

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-¿Conocemos a los animales peruanos?

Creo que poco. Si a un niño peruano le preguntas por un animal, en muchos casos los referentes serán leones, elefantes; salvo que sean niños de zonas más rurales. Con este libro quiero contribuir a que nuestro imaginario también esté poblado por animales peruanos.

-¿La literatura infantil es la más importante, por ser de las primeras lecturas?

Es un área compleja, porque la literatura podría dejar de ser un placer y ser algo que vale por una razón externa a la literatura misma, porque ‘te enseñará algo’; entonces, terminamos teniendo lecturas muy solemnes y padres y maestros que obligan a los niños a leer porque ‘si leen, van a ser cultos’, y lo que hace es producir rechazo. La lectura tiene que ser, en primera instancia, una alegría, un placer. Cuando uno le lee a un niño desde muy pequeño en un contexto afectivo, es bien importante, porque todo ese contexto tiñe su relación con el padre o la madre, pero también con el libro. Entonces, el libro se vuelve un objeto, como un juguete, que tiene una carga de afecto. Ahora, es verdad lo que dices: que la etapa de la infancia es de formación inevitablemente. En ese sentido, la literatura destinada a los niños y niñas es fundamental, pero no tiene que ser explícitamente educativa, para formar. Tenemos que empezar a abandonar todos estos cuentos con moraleja, con las emociones de manera explícita. Todo buen libro despierta emociones, no hace falta que hable de ellas explícitamente. Ahí nos movemos en un filo en el que hay que tener cuidado. La literatura para niños es fundamental en muchos sentidos, pero no debemos olvidar que antes de ser infantil, la literatura infantil es literatura, que no puede subordinarse a otros intereses, no puede dejar de ser literatura para ser herramienta pedagógica.

-Y tampoco hay que subestimar al niño o niña.

Totalmente de acuerdo. Es el primer requisito. Y se ve mucha literatura que subestima a los niños; para empezar toda la literatura que habla en diminutivo, o que hay ciertos temas que no se pueden tratar en niñas. Los niños entienden y son capaces de hablar. Muchas veces somos los adultos los que no sabemos cómo enfrentar esos temas con ellos.

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-¿Cómo describirías al animal humano de hoy?

(Ríe). Es un animal que se angustia con el encierro, que necesita de los demás y que ojalá se dé cuenta de que si necesitamos de los demás, hay que trabajar por los demás, nos tienen que importar los demás.

-¿Qué animal quisieras que entre por tu ventana?

Me gustan mucho los tigres.

-¿Qué le dirías a un tigre?

Saldría corriendo probablemente (risas).

AUTOFICHA:

- “Tengo 47 años. Nací en Lima. Tengo una licenciatura en Filosofía y luego hice un máster en libros y literatura para niños. Entré a la universidad para estudiar Lingüística, salí de la universidad y, cuando regresé, me fui a Filosofía. La poesía llegó en la adolescencia”.

- “Creo que he publicado como 15 libros. Y está por salir uno con la editorial Panamericana, que es una versión de una leyenda local; se llama Hermana y hermano, y se presenta hoy, a las 6 p.m., por Facebook Live de Crisol. También hay otro libro que debe salir en México, que se llama Una canción que no conozco, que es un poema convertido en cuento ilustrado”.

- “En México estoy por publicar un libro de poesía para niños, que ganó el Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños 2019. Se llama El mar, 11 poemas sobre el mar. Y en Argentina ya entró a imprenta otro libro, también sobre un poema convertido en cuento ilustrado, que se llama Las ovejas”.

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