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Gloria Marín, sismóloga: “Los padres y colegios deben inculcar la ciencia en las niñas”

Soñó con llegar a la Luna y en el camino se formó como sismóloga. Para lograrlo estudió Física y se preparó en Japón. Entrevistamos a la especialista cajamarquina Gloria Marín.

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Fecha Actualización
Cuando el hombre llegó a la Luna, Gloria tenía 13 años. En casa no había televisor ni radio. En Bambamarca, un vecino sacaba la radio a la puerta de su casa para que todos se enteren de las novedades del mundo. Ponía bancas y subía el volumen. Ella estaba ahí, sentada frente a la radio, imaginando cómo el hombre pisaba la superficie lunar, aquel 20 de julio de 1969. “¿Cómo van a llegar a la Luna estando tan lejos?”, se preguntó.
Su madre creía que su hija sería una “científica loca”. Gloria ríe cuando lo recuerda, porque eligió estudiar Física Pura. Era la única mujer en su salón. Quiso llegar a la Luna, pero su destino estuvo en lo más profundo de la Tierra: conocer la estructura interna de nuestro planeta a través de la sismología. Hoy es responsable de la sede desconcentrada del Instituto Geofísico del Perú en Chiclayo y acumula más de tres décadas de experiencia.
El suelo se movía como si fueran olas. Las casas parecía que se caían y luego se levantaban. Las personas salían a la calle, se arrodillaban y oraban. Durante varias noches, muchos durmieron en la Plaza de Armas. No hubo muertos en Bambamarca, pero las réplicas del terremoto del 31 de mayo de 1970 continuaron dos meses. Aunque tal vez las réplicas personales de Gloria Marín duran hasta hoy.
-¿La posibilidad de un terremoto en Lima cada día crece?
Se espera que ocurra un sismo grande frente a Lima. En un silencio sísmico estamos propensos a la ocurrencia de un sismo mayor. Nos queda prepararnos, porque las 24 horas del día hay sismos.
-Tengo entendido que recientemente se han colocado detectores de alerta temprana. ¿Cuánto ayudarán a anticipar la ocurrencia de un sismo?
Este proyecto Sistema de Alerta Sísmica Peruano (SASPe) comprende toda la zona costera del Perú. Avisa antes de que ocurra el terremoto. Si hablamos, por ejemplo, de Pimentel, en caso de terremoto, nos avisará dos minutos antes. Y si se trata de un tsunami, avisará siete a ocho minutos para evacuar. Pero se tienen que hacer muchas pruebas y todavía estamos en proceso de implementación.
-¿En el sismo del año 70 nació la física o la sismóloga?
Fue terrible. Yo vivía en Bambamarca, en la región Cajamarca, y estábamos muy lejos del epicentro que fue frente a Chimbote, pero se sintió el terremoto. Nosotros –mi papá y mis hermanas– estábamos yendo al campo deportivo, y ellas tuvieron que regresar a la casa porque no habían llevado su fruta. Las tuve que ir a buscar y pasé por una esquina donde estaban los caballos; y los noté desesperados, tratando de zafarse de sus amarras; y al rato empezó el terremoto. Los animales perciben las ondas antes que los humanos.
-¿Y tuvo miedo o curiosidad?
Al inicio fue miedo. En ese tiempo no había radio en todas las casas. Solo había una radio en una esquina, donde estaban dando la información sobre dónde fue el epicentro y cuántos muertos hubo en Casma, Huaraz. Me puse a pensar en qué tan grande fue el movimiento sísmico. Y siempre he tenido preferencia por las matemáticas y la ciencia. Mi papá siempre me inculcó leer artículos científicos. Nos hablaba de ciencia.
-¿A qué se dedicaba él?
Era profesor, le apasionaba la astronomía. Nosotros sabíamos cuál era la Osa Mayor, la Osa Menor, la Estrella del Sur. En las noches despejadas nos sacaba al parque para ver la Osa Menor, la Osa Mayor. Siempre fui primer puesto en primaria, secundaria, los concursos de matemática los he ganado, tuve el premio de excelencia en mi colegio. Entonces, postulé a la Universidad Nacional de Trujillo. Lo que me convenció para ingresar a Física fue que en el prospecto decía que los físicos podían trabajar en instituciones como la NASA. Postulé a Física Pura.
-¿Postuló a Física Pura para intentar llegar a la NASA?
Para trabajar en instituciones científicas. Me apasionó la posibilidad de la NASA. En el Perú el campo de acción del físico era en la docencia, básicamente. Pero yo no quería quedarme en la docencia. Me fui a Lima, visité el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico; el Instituto Peruano de Energía Nuclear; Petroperú, pero me convenció el geofísico, donde el doctor Daniel Huaco Oviedo me dijo: “Te quedas aquí porque hay mucho que aprender”. Y me quedé en sismología.
-¿Usted era la única mujer en ese campo?
Había una señora que era estadística y dos amigas que hacían prácticas en sismología. Pero sí debo decir que en mi carrera de Física ingresamos 73, solo tres mujeres; mis amigas se cambiaron de especialidad y me quedé sola. Era para tener miedo (risas).
-¿Por qué cree que hay, o había, más hombres en Física?
Lo que falta es que los padres inculquen o alienten la inclinación por la ciencia en sus hijas. Escuelas y colegios también deben inculcar la ciencia en las niñas.
-¿Aún existe el prejuicio de que la mujer no puede ser científica?
Pareciera que no; sin embargo, solo 30% de mujeres son científicas. En el colegio hay un curso de Ciencia y Ambiente, y allí nos falta trabajar bastante con los profesores para que descubran cuál de sus niños o niñas se inclinan por la ciencia.
-¿Qué le diría a una adolescente que está dudando de entrar o no al mundo de la ciencia?
Que siga sus sueños. Pero también le diría que la ciencia demanda bastante estudio, dedicación. Hay veces que las científicas tienen que sacrificar su vida personal porque, como decía mi profesor, la física hay que estudiarla 25 horas al día. Es una dedicación exclusiva. Pero luego tienes la satisfacción de haber tenido la oportunidad de conocer, por ejemplo en mi caso, el comportamiento dinámico de la Tierra. Que los padres y profesores lleven a los chicos a conocer las instituciones científicas y la labor que hacen. Que participen en las ferias de ciencia. Los japoneses dicen que todo entra por los ojos: si no veo un experimento, no me intereso por ese tema.
-¿Que usted haya logrado un lugar importante dentro del campo de la sismología ha influido de alguna manera en cómo se percibe a la mujer en ese terreno?
Muchos de mis familiares y amistades han incentivado a sus hijos para que estudien ciencias.
-Su madre creía que usted sería una científica loca.
(Risas). Sí, porque leyó un artículo de Selecciones. “¿Por qué has escogido Física, hija?”, me decía. Quería que postule a Medicina. Mi abuelito me visitó y un día fue a esperarme afuera de la universidad, y vio que salía con puros hombres. “¿Por qué no te vas a otra especialidad donde haya mujercitas?”, me dijo. Pero luego han estado contentos cuando me fui a especializarme al Japón.
-Después de aquella experiencia frente a la radio escuchando la llegada del hombre a la Luna, ¿qué cambió en usted?
Conversando con mi papá, él me decía: “Hija, el hombre con su desarrollo científico es capaz de llegar tan lejos como a la Luna”. Por eso él siempre nos inculcaba para ser mejores.

AUTOFICHA:
- “Soy Gloria Virginia Marín Ruiz. Tengo 65 años. Nací en el distrito de Bambamarca, provincia de Hualgayoc, región Cajamarca. Acabé el colegio y estudié Física en la Universidad Nacional de Trujillo. En el colegio saqué el premio de excelencia”.
- “Mis hermanas y hermanos son profesores. Mi papá era profesor y mi mamá se dedicaba a los quehaceres de la casa. Pero ella mantenía todo en orden y nos alentaba: ‘La mejor herencia que les podemos dejar es su profesión, aprovechen que los podemos educar’”.
- “Soy licenciada en Sismología, especialización que hice en Japón, donde estuve un año. Fue una experiencia muy buena. Japón es otro mundo. Para este año tengo como meta hacer mi trabajo de investigación para sacar el título de maestría en Ciencias con mención en Ingeniería Ambiental, será referente a Bambamarca”.
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