Le decía a su mamá “voy a ser vedete”.
Se miraba en el espejo y mientras lo hacía, insistía con la posibilidad de, cuando sea grande, vestir ligero sobre un escenario.
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Aquellas tempranas palabras de infancia se evanescieron. Había elegido estudiar Hotelería y Turismo; pero mientras pensaba dónde hacerlo, ya estaba sobre el set de televisión del Canal 33, que junto al 27 eran como los canales perdidos de la tanda televisiva nacional que apenas llegaba a seis o siete medios.
Hizo reportajes, fue parte de un programa de música. Tenía 16, 17 años. Y llegó la primera propuesta para entrar como actriz a una telenovela que nunca se grabó, pero que le sirvió como taller de actuación, tras lo cual dijo: “Esto me gusta”.
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Hasta que llegó una pausa en su vida. Un cáncer de mama le dijo es momento de parar. Como Sofía Bogani dice, le tocó “el paquete completo”. Para afrontar la enfermedad, se sometió a una mastectomía, radioterapia, quimioterapia, terapia inmunológica y terapia hormonal.
“Has pasado tanto, que a ti nadie te para”, le dijo un doctor hace unos días.
Dices que quedarse sin cabello por el cáncer fue como volver a nacer. ¿Quién eres hoy?
Es una pregunta que todos los días me hago. No solo es quién soy, sino quién quiero ser.
¿Y qué te respondes?
Soy superfuerte, supervaliente. Quizás siempre he sido una persona bien fuerte, solo que al día de hoy lo concientizo, lo valoro y lo reconozco en mí.
¿Pero qué miedos tenías?
De pronto, si quería hacer algo decía “mejor no”, “¿qué pasa si…?”.
Pero fuiste actriz, lo que es un riesgo, ¿no?
Es una carrera de mucha incertidumbre y esa inestabilidad también te genera miedos, frustraciones, inseguridades. Me cuestionaba antes de hacer las cosas. Al día de hoy digo “¿qué es lo peor que puede pasar si lo hago?”.
¿Qué no hiciste por miedo?
Me mudé a México hace cinco años para hacer una carrera allá. Pero tal vez si hubiese tenido un poco más de ovarios, lo hubiera hecho antes.
¿Y por qué no lo hiciste?
Por temor, por la familia. En ese momento me estaba separando y se presentó la oportunidad.
¿El amor y la pareja te anclaron?
Era más un tema de estar en la zona de confort, estaba cómoda. A la semana que se da la separación, tuve una llamada de México y me dicen “queremos ver proyectos contigo, ¿quieres venir?”. Dije ¡ya!
Casi un llamado divino.
Exacto. Fue el empujón. Lo conversé con él y le dije que se me presentaba esa oportunidad. La relación no iba para atrás ni para adelante.
¿Cuánto tiempo venían juntos?
Ocho años, entre el noviazgo y el matrimonio. No tuve hijos. Pero hoy por hoy digo “la vida es una; si me tengo que ir a Panamá, lo haré”.
¿En México detectas que tienes el cáncer?
Sí, al cuarto año de estar en México. Me hice mi autoexamen, que es algo que recomiendo siempre.
¿A propósito de algo?
No. Todo el tiempo soy muy cuidadosa con mi salud. Una vez al año me voy a hacer todos los chequeos y cada cierto tiempo me tocaba, me veía. Y en una de esas oportunidades detecté un bultito en el seno izquierdo y se me prendieron todas las alertas.
¿Había antecedentes en tu familia?
Por parte de mi papá el cáncer es superfuerte y viene por el lado de las mujeres. He perdido primas hermanas, he perdido tías, mi abuela falleció de cáncer de mama. Me había hecho una mamografía cinco meses antes y había salido limpia, y el doctor me dijo que me haga una ecografía, y ahí sale que había un nódulo de características malignas. Había que hacer una biopsia. Ante la posibilidad de que sea un cáncer, me vine a Lima. Acá por suerte tenía el seguro oncológico de Oncosalud que lo venía pagando como diez años.
¿Ya habías superado la separación?
Sí, estaba tranquila. Estaba retomando todo, porque me agarró la pandemia allá, a los siete, ocho meses que me mudé.
Te separas, te mudas, empieza la pandemia y luego viene el cáncer.
(Risas). Siempre digo que la vida me da giros, la vida me dice ¡toma!
La vida no te ha soltado en los últimos cinco años.
Pero le agradezco.
¿Segura?
Le agradezco mucho al cáncer. A pesar de que estuve sola, sin pareja, en México, vivía, disfrutaba, salía, conocía, estaba soltera después de un montón de tiempo. Pero nunca me tomé un momento para ver en mí.
¿Pero disfrutar, salir no era estar contigo?
Es muy de afuera, porque siempre tienes ruido, la gente te dice “hay que hacer”, “vamos aquí”, “vamos allá”. Pero este proceso (del cáncer) era conmigo, no había ruido, yo tenía que estar conmigo, escuchando a mi cuerpo. (El cáncer) me trajo a Lima, siento que me reconcilié con Lima.
¿Podemos decir que el cáncer ya fue superado?
Sí. Mis exámenes están perfectos. Estoy limpia.
¿En qué momento debemos empezar a chequearnos?
Ahora el cáncer se está presentando desde muy jóvenes. Uno tiene que estar alerta siempre. Te dicen que la mamografía la tienes que hacer a partir de los 40 años, pero yo creo que debe ser antes, desde los 35 años. Y la mamografía debe venir acompañada siempre de una ecografía. Uno tiene que estar alerta y pecar de pesado, de insistir. El cuerpo habla.
Pero en tu caso no hubo señales previas.
Sí. Yo hago mucho deporte y tres meses antes, tras correr una larga distancia, cuando me saqué el top, el pezón del seno izquierdo rozaba con la tela y me ardía. Yo decía qué raro. Y después ya me sentí el bultito.
El cáncer también pone en aprietos la belleza.
Es un golpe a tu feminidad. Pero disfruté un montón estar pelada.
¿Qué tan vanidosa eras?
Saberme guapa; entonces, lo voy a conseguir. Te da seguridad. Pero no tenía mi ego por encima de mí. Pero ahora mi seguridad viene por otro lado, mi seguridad viene por un tema de saber que soy una persona capaz, saber que soy inteligente, saber que puedo desarrollarme en distintos aspectos.
Ya resolvimos la pregunta de quién eres. Falta ¿quién quieres ser?
Quiero ser una persona que logra cosas, sin miedo, que ayuda a los demás.
¿Y qué quieres lograr?
Me gustaría concretar… No, “me gustaría” no. Voy a concretar. Ni siquiera el ojalá. Va a pasar. Voy a volver a México y concretar lo que fui a buscar. ¿Cuándo? Cuando el cuerpo esté al 100%.
Autoficha:
-“Soy Ana Sofía Bogani Sanz. Tengo 42 años. Nací en Lima. Estudié en el Club de Teatro de Lima y entré a Así es la vida. Hice series, Mad Sciencie, shows infantiles, estudié Dirección de Actores y antes de irme a México empecé a dirigir”.
-“Estuve en La bodeguita, Graffiti, Amores como el nuestro, Conversando con la Luna, Utopía (la película), en la miniserie de Ferrando. Acabo de terminar un curso de coaching, que me ha ayudado mucho por conocimiento personal”.
-“Acabo de terminar una obra de teatro, donde estuve como asistente de dirección. Me gustaría ayudar a mujeres que están pasando por un proceso similar al mío. Estoy buscando las prácticas para seguir en el tema de coaching”.
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