Aldo Lazo, el arequipeño que fundó Euroidiomas.
Aldo Lazo, el arequipeño que fundó Euroidiomas.

Volver a empezar es una constante para Aldo Lazo. Interrumpió sus estudios de Medicina y partió para formarse en la vida. Con la mayoría de edad, dejó y la comodidad de su hogar. Aterrizaría en algún lugar de Europa, previa escala en Lima. No era un viaje de turismo. Alemania, Inglaterra, Escocia, Portugal, Francia y otra vez Alemania fueron parte de aquel periplo sin destino fijo.

Estudiante, mozo en una pizzería, operario en Mercedes-Benz, intérprete y profesor de español. Se formó en Lingüística Aplicada en y estudió inglés en Inglaterra. Pero no era lo importante. Lo esencial era vivir, dejarse llevar. Cuando parecía que ese viaje interminable llegaba a su fin por una cátedra en una universidad alemana que prometía buen sueldo, estabilidad y futuro, el consulado peruano lo invitó al programa de retorno de talentos. Volver al Perú con todo pagado y un sueldo fijo durante varios años.

Aldo Lazo regresó al Perú de la década del 80, a un país en crisis política, con terrorismo e inflación. “Todo el mundo me decía que estaba loco”, recuerda el fundador del instituto , que a los 71 años vive entre Lima y Barcelona, cerrando etapas y emprendiendo otras. Aunque él asegura que ya reposa, sereno, luego del trajín de una vida.

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-¿Cómo ha afectado la pandemia a los institutos de idiomas?

Nos cogió bien preparados porque ya tenemos experiencia en lo que es la enseñanza remota. Con el Ministerio de Educación teníamos un proyecto para 2,500 profesores de colegios estatales de todo el Perú y los hemos estado capacitando durante dos años, para lo cual se montó una plataforma. Todo ello pudimos aplicarlo apenas surgieron los problemas por la pandemia. A los tres días ya estábamos activos con nuestros alumnos.

-Sin embargo, ¿no se ha dado una reducción importante de alumnos?

Inicialmente se redujo casi al 50%. Pero después hemos ido recuperando y ahora estamos en 80%. Antes teníamos alrededor de 10 mil alumnos; ahora tenemos 8 mil alumnos, aproximadamente.

-Y supongo que ahora existe más interés por estudiar idiomas, dada esta creciente conectividad. ¿Es así?

Definitivamente. Vemos tantos empleos que se han perdido; entonces la gente tiene que estar mejor preparada. En esta nueva era vamos a tender mucho más a la globalización. Desde Lima puedo trabajar con la India, en comercio o investigación, y para ello debo saber, por ejemplo, inglés.

-¿Qué tan crucial es el inglés hoy en día?

Uno de los requisitos de cajón para buscar trabajo es si manejas inglés. En empresas que exportan se tiene que negociar con el extranjero. Pero en Latinoamérica, en general, el Perú está muy a la zaga en lo que es la enseñanza del inglés. En Chile, por ejemplo, hubo una fuerte campaña que para 2030 todo los chilenos deben hablar inglés. En Japón, por ejemplo, uno de los temas importantes en la educación es que deben hablar cuatro idiomas.

-¿Cuál podría ser la meta en el Perú?

Bueno, Ollanta Humala en su gobierno empezó con el ministro Jaime Saavedra un programa de capacitación muy fuerte, con objetivos claros en cinco años: que la mitad del alumnado peruano debería hablar inglés. Como no tenemos profesores de inglés, precisamente nos encargamos de enseñar. Los profesores de inglés que tiene el Estado son profesores de otras asignaturas que los habían asignado al programa de inglés porque no tenían otros docentes. Así empezamos a capacitar a 2,500 profesores. Lamentablemente, ese esfuerzo se perdió con la salida de Saavedra. Pero tengo entendido que se está retomando.

-¿Cuál tendría que ser el objetivo para los próximos años?

Todos los escolares tienen que saber inglés y deben alcanzar el nivel intermedio, mínimo, de acuerdo con el Marco Común Europeo.

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-¿La formación del inglés en el colegio en qué nivel está?

Muy por debajo del nivel que deberíamos. Quizás quien mejor está sea Chile.

-Después del inglés, ¿qué otro idioma es necesario aprender? ¿Tal vez el francés o el chino?

Soy un convencido de que el idioma más importante después del inglés es el portugués. Tenemos un gigante al costado, que es Brasil, que por posición geográfica tiene que ser nuestro aliado y receptor de exportaciones y etcétera. De los 8 mil estudiantes que tenemos, casi 4 mil son de portugués, casi la misma cantidad de inglés.

-Usted partió a Europa solo con su idioma natal. ¿Fue complejo adaptarse?

Me adapté como pude, con las tres o cuatro palabras que sabía de inglés y dos palabras básicas en alemán. Pero eso me obligó a aprender idiomas rápidamente. Había que comunicarse, estudiar y trabajar. No creo que sea una persona especialmente talentosa para los idiomas, pero mi necesidad era tal que tenía que aprender rápidamente; era aprender o morir (risas). La necesidad hizo que aprendiera muy rápido alemán. Yo tengo una manera de ser un poco disruptiva. Dejé mis estudios de Medicina, que me garantizaban una buena vida profesional, para irme a Europa un poco a la aventura. Y así comencé a estudiar idiomas. En cuatro meses ya podía comunicarme. Y llegué a la facultad más importante de Europa de lenguas modernas, que es en Alemania, la Universidad de Maguncia, donde estudié Lingüística Aplicada.

-El alemán lo aprendió primero, y se dice que es más difícil que el inglés.

Sí, son palabras largas, con muchas consonantes. Pero es un idioma muy lógico.

-Hoy que se habla tanto de emprendedurismo, ¿ser disruptivo es esencial para cualquier emprendedor?

Absolutamente. Uno tiene que aprender a pensar diferente, porque las oportunidades no se presentan tan claras. Uno tiene que ver al futuro, con perspectiva. Yo vi que acá podía desarrollar algo, tener mi propia empresa, dedicarme a la educación. En las épocas difíciles hay que tener esa forma de pensar disruptiva, de no querer seguir haciendo lo mismo y adaptarse. Mientras más difíciles son las situaciones, la capacidad de adaptación tiene que ser mayor.

-¿Pero y qué hacemos con el miedo al fracaso, el miedo a la incertidumbre?

No hay que tener miedo a nada. Si vamos por la vida pensando que vamos a fracasar, fracasaremos. Uno no tendrá éxito a la primera. Hay que insistir hasta encontrar aquello en lo que tenga éxito. Por eso es muy importante la persistencia. Cuando empezamos con Euroidiomas, había cuatro o cinco centros de idiomas. Y ninguno de ellos hoy existe. Yo creo que no persistieron. Los años 80 fueron una época muy difícil. Alquilamos una casa que costaba todo el dinero del mundo. No sabíamos cómo la íbamos a pagar. Comenzamos a buscar alumnos y poco a poco fuimos saliendo adelante. No hay que tener miedo. Cuando uno ve una oportunidad, hay que meterse en ella, no pensar en el fracaso, sino en la linda experiencia que uno tendrá.

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AUTOFICHA:

- “Mi nombre es Aldo Lazo del Carpio. Nací en Arequipa, en el 49, tengo 71 años. Estudié en el colegio San José. Tengo dos hijas, una es músico y está en Río de Janeiro, y la otra es artista que tiene que ver mucho con temas de innovación, está en Madrid”.

- “Mi esposa está en España. Con ella fundamos Euroidiomas. Cuando el terrorismo se puso feo, nos fuimos a Barcelona, y fundamos un instituto allá. Pero yo persistí con el instituto en Perú; entonces, iba y venía durante 25 años, manteniendo ambos institutos”.

- “Hace cinco años dejamos el instituto en Barcelona. Queremos fortalecer Euroidiomas. Tenemos el Instituto Lits, que ofrece carreras. Está la Fundación Euroidiomas, sobre educación y arte. Y seguimos desarrollando nuestro colegio Euroamerican College en Pachacamac, un colegio premium con pensiones accesibles”.

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