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La inversión de los papeles en la cadena alimenticia: Plantas que comen animales

El cambio en el menú de las plantas hace que la cadena alimenticia se torne un poco extraña: plantas especializadas en comer animales.

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La cadena alimenticia en un principio suele entenderse de manera fácil y simple, no es necesario ser un biólogo especializado para entenderlo: los carnívoros depredadores comían a los herbívoros, estos a su vez comían plantas, algo sencillo. Sin embargo, en algún momento, la naturaleza invirtió papeles.
Lo que ocurre al romperse esta regla o cadena no es producto como tal de un fallo, es simplemente un estado constante de guerra por la supervivencia. Al menos así se dio a entender la vez que se encontró a un ave pequeña como presa de una planta carnívora.
Y es que este no fue un hecho aislado, no fue un mal día del ave que cayó en ramas equivocadas (por no decir garras), pues se repite el comportamiento, lo confirmaron al encontrar también otros pequeños animales dentro de los sacos de ácido de estas plantas devoradoras de animales.
Y es que no solo pequeños insectos son parte del menú de estos asesinos vegetales, sino que van más allá. La pregunta ahora sería: ¿Cómo puede digerir una planta a un animal?
La evolución trabajó bastante en ello. Hace unos 80 millones de años, cuando aún los dinosaurios deambulaban en la Tierra, las plantas empezaron a carecer de recursos nutritivos. Sea porque el suelo perdió nutrientes, no había mucha luz solar o la humedad cambiara, las plantas tuvieron que cambiar.
Mediante cambios genéticos, las plantas empezaron a consumir a organismos vivos, en pocas palabras: aprendieron a tomar el papel de depredadores y empezaron a cazar.
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Plantas del género nepenthes segregan un néctar dulce que atrae a sus víctimas, las cuales resbalan dentro de la trampa que tiene un fondo lleno de líquido digestivo. No hay forma de salir de este lugar, al menos no para sus presas: insectos, mamíferos y reptiles pequeños.
Los rocíos del sol, por su parte, atrapan a sus presas cuando estas se posan en sus hojas. Las atrapan con una sustancia pegajosa y la hoja se cierra con la víctima dentro, y solo se abrirá tras haber terminado la digestión.
Quizá no sorprenda mucho el hecho de que los insectos sean parte de la dieta de estas terroríficas plantas asesinas, sin embargo, ¿Qué hay de los mamíferos, lagartijas y aves que llegan a caer en la trampa?
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Realmente no es que sean atraídos por el néctar que hipnotiza a los insectos que son el menú recurrente, sino que llegan atraídos por los insectos que aquí se encuentran, lo que es una mala idea. Sin embargo, para las plantas esto es un verdadero placer, pues encuentran muchos más nutrientes aquí.
Sin embargo, si la presa es muy grande, la planta no tiene el tiempo suficiente para digerirla, y tampoco es que la pueda escupir, lo que iniciará un proceso de putrefacción que llevará a la muerte de la planta.
Quizás la evolución de las plantas está a nuestra vista, solo que aún no nos parece algo que realmente genere peligro, por ahora. La lucha por la supervivencia nos ha traído muchas sorpresas, y quizás las plantas superen este estado de evolución y vayan por presas aún más grandes.
¿Es algo bueno o algo malo? El futuro nos hará saber, quizá el próximo gran depredador del futuro tenga hojas y raíces.
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