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Una piedra en el zapato

Viendo el escándalo diario que está generando, uno tiene la impresión de que la mayoría de peruanos ya deben de estar saturados de las ‘payasadas’ de Antauro.

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Fecha Actualización
Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Por otro lado, si el presidente creía que su complicidad en el otorgamiento de privilegios carcelarios iba a llevar al agradecimiento y a un perfil bajo por parte de su hermano, evidentemente estaba equivocado.

Incluso, el masivo rechazo ciudadano a su tratamiento privilegiado –reflejado en los dos sondeos de opinión que han sido recientemente publicados– debería ser una indicación para el mandatario de que si no enmienda rápido el rumbo que ha tomado en este caso, corre el riesgo de sufrir una significativa pérdida de credibilidad ante el electorado.

Más aún, esa pérdida no será fácil de recuperar, lo cual le va a dificultar el gobernar durante el resto de su mandato. Así que el precio que estaría pagando por considerar que tiene que ayudar 'a quien es de su sangre' podría ser bien alto.

En todo caso, es claro que Antauro siempre será una piedra en su zapato. No sabemos si es rivalidad o celos del hermano, pero con su accionar está, sin duda, intentando boicotearlo. Así, tenemos el último destape con un exmarino enviándole correos para tramar la manera de capturar al organismo regulador de las telecomunicaciones para 'chuponear' sin ser molestados. Es increíble cómo Antauro atrae y termina involucrado con personajes extraños, autoritarios, poco santos. En la práctica, se ha convertido en el líder de los chicos malos.

En realidad, si ante toda la evidencia del daño que podría estarle causando a su gobierno, Ollanta Humala persiste en proteger a un presidiario que ha demostrado que no tiene remordimientos ni nada que aportarle a la sociedad –excepto una enorme capacidad para complotar en contra del sistema democrático–, entonces el presidente está bien desubicado y los ciudadanos deberíamos estar tremendamente preocupados.