/getHTML/media/1229195
Cherman: "Quien me quiebra el lado patriótico fue Juan Acevedo con Paco Yunque"
/getHTML/media/1229190
Marco Poma CEO de Tkambio: "Perú está atrasado en materia de 'open banking'"
/getHTML/media/1229170
Percy Medina por nueva Mesa Directiva: "Tenemos que estar vigilantes"
/getHTML/media/1229169
Carlos Basombrío: "La lista que salga será más de lo mismo"
/getHTML/media/1228869
Iván Arenas: "Hay riesgos si APP asume Mesa Directiva"
PUBLICIDAD

Confort Zone

El presidente Humala, hombre “de hechos y no palabras”, como le gusta ser reconocido, llegó desde ‘la alfombra roja’ de su gira por el Asia al corredor empedrado de la realidad del Perú.

Imagen
notitle
Fecha Actualización
Mónica Delta,Opina.21mdelta@peru21.com

Había que parchar el gabinete tras dos bajas a consecuencia de un "rosario de equivocaciones" en el VRAE, y así lo hizo. El resultado, a primera vista, ha sido poco novedoso y con olor a corta vida. Más allá de las inmediatas críticas que han generado los nombramientos de José Urquizo –por su accidentado paso por el Ministerio de la Producción debido al tema de la merluza– y Wilver Calle –por ser uno de los firmantes de la obscena carta de sujeción al régimen fujimorista–, lo que parece evidenciar es que el mandatario prioriza su confort zone, es decir, su zona de comodidad y confianza, al escoger a sus colaboradores. El que sean sus amigos es más importante que el apostar por personas con perfiles distintos que el momento político podría estar exigiéndole dada la dimensión del reto. El tener que decidir por ministros con fuerza propia no parece estar en el radar del presidente. En el caso de Urquizo, está en las filas del nacionalismo desde el 2006 y fue un ministro con un perfil casi inexistente. Lo veremos ahora en Defensa. El Gral. ® Calle también le resultaba un viejo conocido desde su estancia en Corea, adonde llegó tras el 'Locumbazo'. Otra explicación más simple sería que el cambio de cartera de un ministro y el nombramiento de un viceministro obedeció a una decisión de coyuntura para tener un poco más de aire y llegar con menos presión hasta el 28 de julio. En cualquiera de los casos, no parecen decisiones muy meditadas por la magnitud del problema: una lucha contra el narcoterrorismo que tiene a los despiadados hermanos Quispe Palomino avanzando hacia el Huallaga, tratando de recapturar la zona de 'Artemio'. Es verdad que Humala sigue con un respaldo popular de más de la mitad de la población, pero como él mismo ha dicho: "No puedo hacer lo que quiero sino lo que hay que hacer". ¿Fue esto lo que hubo que hacer?