Varias amigas me han consultado si es poco recomendable practicar sexo con su pareja mientras están embarazadas. El tema resulta apasionante y complejo, pero aquí daremos solamente algunas pistas, dado que es el médico quien debe aconsejar cada caso particular, pues hay gestantes que adorarán tener sexo en ese período y otras que lo aborrecerán…
Los cambios físicos y psicológicos que trae consigo el embarazo pueden llevar a una sensación de plenitud que algunas mujeres estiman sensual y otras horrible: asimismo, sobre todo en el primer trimestre, esos cambios vienen acompañados de una mayor sensibilización de las zonas erógenas. Tanto senos como vagina se vuelven más receptivos a las caricias: de nuevo, hay embarazadas que hallarán más placentero el coito en esas circunstancias y otras que no soportarán la sola idea de hacerlo.
Algunas lo encontrarán irresistible y otras sentirán náuseas iniciales. Conforme avance el embarazo y se acerque el último trimestre de gestación, hay una tendencia general a que el deseo sexual vaya remitiendo.
Lo que parece cierto es que todo lo que viva la madre interiormente durante esos nueve meses influirá en el futuro bebé. Así, cuanta mayor serenidad, calor emocional, afecto y energía positiva experimente la mamá, más beneficios saludables psicológica y metabólicamente obtendrá su feto. Descártense en ese período todo conato de estrés, mala vibra y sentimientos de ira o negatividad. Obviamente, una vida sana es deseable, lo cual también incluye la práctica de un sexo saludable y afectuoso.
En todo caso, con cuidado y cariño todo sale mejor. También los bebés.
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