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Más de 635 millones de estudiantes siguen afectados por el cierre de escuelas
En el Día Internacional de la Educación, UNICEF recuerda que las interrupciones a la educación han impactado en la salud mental de los niños y niñas, en su nutrición y en el riesgo de sufrir abusos.
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Más de 635 millones de estudiantes siguen afectados por el cierre total o parcial de escuelas. En el Día Internacional de la Educación y cuando la pandemia de COVID-19 se acerca a los dos años desde su declaración, UNICEF comparte los últimos datos disponibles sobre el impacto de la pandemia en el aprendizaje de los niños y niñas.
“En marzo cumpliremos dos años de interrupciones en la educación mundial debido a la COVID-19. Sencillamente, nos enfrentamos a una escala casi insuperable de pérdidas en la escolarización de los niños y niñas”, ha señalado el responsable de Educación de UNICEF, Robert Jenkins.
“Aunque las interrupciones en el aprendizaje deben terminar, la simple reapertura de las escuelas no es suficiente. Los estudiantes necesitan un apoyo intensivo para recuperar la educación perdida. Las escuelas también deben ir más allá de los lugares de aprendizaje para reconstruir la salud mental y física, el desarrollo social y la nutrición de los niños y niñas”, ha añadido.
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Los niños y niñas han perdido habilidades básicas de matemáticas, lectura y escritura. A nivel mundial, la interrupción de la educación ha significado que millones de niños y niñas se han perdido significativamente el aprendizaje académico que habrían adquirido si hubieran estado en el aula, y los niños más pequeños y marginados son quienes sufren la mayor pérdida.
En los países de ingresos medios y bajos, las pérdidas de aprendizaje debido al cierre de escuelas han dejado en torno al 70% de los niños y niñas de 10 años sin poder leer o comprender un texto simple, frente al 53 % previo a la pandemia.
En Etiopía, se estima que los niños de Primaria han aprendido entre el 30% y el 40% de las matemáticas que habrían adquirido si hubiera sido un año escolar normal.
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En Estados Unidos se han observado pérdidas de aprendizaje en muchos estados, incluidos Texas, California, Colorado, Tennessee, Carolina del Norte, Ohio, Virginia y Maryland. En Texas, por ejemplo, dos tercios de los niños y niñas de tercer curso obtuvieron resultados inferiores a su nivel en matemáticas en 2021, en comparación con la mitad de los niños y niñas en 2019.
En varios estados brasileños, alrededor de 3 de cada 4 niños y niñas de segundo curso están atrasados en lectura, frente a 1 de cada 2 niños y niñas antes de la pandemia. En todo Brasil, 1 de cada 10 estudiantes de 10 a 15 años informó que no planea regresar a la escuela cuando estas vuelvan a abrir.
En Sudáfrica, los alumnos y alumnas están entre un 75% y un año escolar completo por detrás de lo que deberían estar. Según los informes, entre 400.000 y 500.000 estudiantes abandonaron la escuela por completo entre marzo de 2020 y julio de 2021.
En el Perú
El Perú fue uno de los países de América Latina que permaneció con sus escuelas totalmente cerradas durante el 2020 y 2021. Solo a fines del año pasado cuando se permitió la reapertura parcial de las que tenían condiciones sanitarias para hacerlo, apenas el 20% de servicios educativos, a nivel nacional, abrió a la semi presencialidad. No existen cifras oficiales de pérdida de aprendizaje, pero estas deben ser iguales o mayores que en otros países de la región. La afectación emocional debido a esta situación alcanzó a toda la familia. Según el estudio “La Salud Mental de Niñas, Niños y Adolescentes en el Contexto de la COVID-19" (MINSA-UNICEF) el 73,4% de los padres o cuidadores considera que el permanecer en casa por la cuarentena afectó la salud mental de sus hijos e hijas.
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Las consecuencias derivadas del cierre de escuelas van en aumento. Además de la pérdida de aprendizaje a nivel mundial, este cierre ha afectado la salud mental de los niños y niñas, ha reducido su acceso a una fuente regular de nutrición y ha aumentado su riesgo de sufrir abusos.
La COVID-19 ha causado altas tasas de ansiedad y depresión entre niños, niñas y jóvenes. Algunos estudios han encontrado que las niñas, adolescentes y quienes viven en áreas rurales tienen más probabilidades de experimentar estos problemas.
Más de 370 millones de niños y niñas en todo el mundo se quedaron sin comidas escolares durante el cierre de las escuelas, perdiendo lo que para algunos niños es la única fuente confiable de alimentos y nutrición diaria.
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