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El estrés por estudio no es ajeno a los escolares
Los últimos meses del año pueden ser angustiantes para nuestros hijos por los promedios, la entrega de trabajos y los exámenes. Aquí unos tips para ayudarlos a salir adelante.
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Si los adultos se estresan ante situaciones en las que son evaluados, imagine lo que ocurre con un niño o un adolescente en el colegio. El nerviosismo y las preocupaciones no son ajenos a nuestros hijos durante toda la escolaridad.
Los últimos meses del año, para algunos, son de especial tensión, incluso para los jóvenes que están en los primeros ciclos de sus estudios universitarios.
El psicólogo especializado en temas educativos Daniel Chumbes advierte que es importante tener claro que no todos los niños reaccionan de la misma manera ante esas situaciones, pues todos tenemos temperamentos distintos y capacidades diversas.
“Si a esto se añaden problemas familiares o incluso de salud del mismo alumno, la condición puede complicarse y podría afectarse la autoestima del niño”, señala el especialista del colegio Abraham Lincoln.
Tenga en cuenta los siguientes consejos, especialmente cuando exámenes, presentación de trabajos especiales y exposiciones estén a la vista:
· Ayude a su hijo a tener hábitos de estudio adecuados que contribuirán de forma positiva al proceso de aprendizaje.
· Supervise la adecuada organización del tiempo cuando los niños regresan a casa después del colegio y la planificación de actividades a lo largo de la semana.
· Permita que cuente con un espacio de estudio fijo, que tenga el acondicionamiento necesario y un acompañamiento permanente hasta que haya interiorizado los hábitos.
· Valide las emociones que pueda estar viviendo y manifestando su hijo. Es decir, no juzgue, califique, ni minimice las situaciones que le generan preocupación.
· Bríndele soporte emocional y apoyo especializado de ser necesario.
· Ofrezca a sus niños la certeza de que sus padres y profesores están para brindarles apoyo y comprensión.
· Persuádalo de que se muestre abierto al diálogo y de que será escuchado.
· Frente a episodios de crisis converse con su niño sobre qué materias o situaciones le son complicadas de afrontar.
· Esté atento a su discurso para poder identificar aquellas demandas o expectativas que pueden tener solución o que no se ajustan a la realidad.
· Hable con su hijo de forma asertiva.
· Supervise la adecuada organización del tiempo cuando los niños regresan a casa después del colegio y la planificación de actividades a lo largo de la semana.
· Permita que cuente con un espacio de estudio fijo, que tenga el acondicionamiento necesario y un acompañamiento permanente hasta que haya interiorizado los hábitos.
· Valide las emociones que pueda estar viviendo y manifestando su hijo. Es decir, no juzgue, califique, ni minimice las situaciones que le generan preocupación.
· Bríndele soporte emocional y apoyo especializado de ser necesario.
· Ofrezca a sus niños la certeza de que sus padres y profesores están para brindarles apoyo y comprensión.
· Persuádalo de que se muestre abierto al diálogo y de que será escuchado.
· Frente a episodios de crisis converse con su niño sobre qué materias o situaciones le son complicadas de afrontar.
· Esté atento a su discurso para poder identificar aquellas demandas o expectativas que pueden tener solución o que no se ajustan a la realidad.
· Hable con su hijo de forma asertiva.
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