Suspendido juez Martín Hurtado dio luz verde a traficantes de terrenos

Aparentemente, el suspendido magistrado no recuerda que una organización criminal encarcelada por la División de Investigación de delitos de Alta Complejidad (Diviac) usó una medida cautelar emitida por su sala en 2016 para desalojar a Sedapal e invadir la planta de tratamiento de aguas residuales de Nuevo Lurín.

Este esquema que utilizó la banda Los nuevos dueños del Sur para obtener herramientas del Poder Judicial y concretar sus objetivos es el mismo procedimiento que ofrecían Los Cuellos Blancos para vender sus sentencias y resoluciones al mejor postor.

Después de una disputa legal, en setiembre de 2016, Sedapal –con ayuda de la Policía– logró recuperar la posesión de la planta de tratamiento que había sido ocupada por el jefe de la organización Sumac Pacha, Diosdado Navarro. Sin embargo, no pasaron ni 24 horas y los invasores regresaron con una medida cautelar firmada por Martín Hurtado y otros vocales de la Corte Superior que prohibía a Sedapal pedir apoyo a la PNP para resguardar la propiedad. Debido a ello, la Policía se retiró y los trabajadores de la entidad también tuvieron que abandonar las instalaciones para resguardar su integridad.

Diosdado Navarro empezó a destruir las lagunas de oxidación y Sedapal se vio obligado a arrojar las aguas negras y mal olientes del sur de Lima a la playa Arica.

En diciembre de 2018, la Diviac y el Ministerio Público capturaron a Diosdado Navarro y otros 15 presuntos integrantes de la banda de tráfico de terrenos en un exitoso megaoperativo.

- Martín Hurtado es investigado por el fiscal supremo Pablo Sánchez, quien advirtió en llamadas telefónicas que entre el magistrado y César Hinostroza existía “un acuerdo previo e implícito” de favorecerse o ayudarse mutuamente “en procesos judiciales de interés”.

- En 2011, el hermano de Nadine Heredia, Ángel, pagó S/9,171 por un predio en Sumac Pacha. En diciembre del mismo año, Ángel le vendió el terreno a su mamá, Antonia Alarcón al mismo precio. Dos años después, la señora vendió el mismo terreno en US$200 mil a un joven de 20 años.