Juez dictó 36 meses de impedimento de salida del país contra Geiner Alvarado

El juez supremo Juan Carlos Checkley acogió el pedido de la Fiscalía y dictó 36 meses de impedimento de salida del país para el exministro de Vivienda, Geiner Alvarado, quien es sindicado de integrar una organización criminal encabezada por el presidente Pedro Castillo.

La decisión fue notificada a las partes y a Migraciones, que esta tarde comunicó que ya activó la alerta en todos los puestos de control fronterizos.

Checkley consideró que al ser señalado como miembro de una red criminal y haber generado altos ingresos por desempeñarse con titular de un ministerio, existe “un serio peligro procesal” por una posible fuga del investigado. Y consignó como el ejemplo al prófugo exministro de Transportes, Juan Silva

“En el presente caso, la mencionada organización criminal alcanzaría a altos círculos de poder gubernamental (...) conforme señala el representante del Ministerio Público un presunto miembro habría sido sustraído de la acción de la justicia, este es el exministro de Estado Juan Francisco Silva Villegas, quien hasta la actualidad se encuentra prófugo”, se lee en la resolución a la que accedió Perú21.

La fiscal de la Nación, Patricia Benavides, investiga la repartición de millonarias obras públicas desde el sector Vivienda, un caso que inició con la difusión de un video en el que se escuchaba a la detenida Yenifer Paredes, cuñada de Castillo, ofrecer un proyecto a la comunidad chotana de Chadín, en Cajamarca.

De acuerdo a la investigación, la red empezó elaborando el Decreto de Urgencia 102-2021 que incrementó el presupuesto del sector para ejecutar determinadas obras, varias de ellas desde la comuna de Anguía.

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El alcalde de ese distrito, José Medina, cumple 30 meses de prisión preventiva al ser comprometido en el caso. Según Hugo Espino, amigo de Yenifer Paredes, Medina le contó cómo operaba junto a Alvarado para direccionar los fondos públicos.

De hecho, Espino fue uno de los beneficiados con dos millonarios proyectos que fueron adjudicados a sus empresas. No obstante, tras acogerse a la confesión sincera, este reconoció que prestó su compañías como fachadas y que en realidad los proyectos estaban en manos de la familia presidencial.