Tormenta anunciada

Lo cierto es que la reacción es asaz explicable, pues el candidato del lápiz ha pasado toda su campaña emitiendo mensajes negativos a los agentes económicos, amenazando con expropiaciones, confiscaciones, derribo de los organismos de control, revisión de contratos internacionales y, en general, transmitiendo una mala vibra contra las empresas y marcas extranjeras, así como contra la propiedad privada. Como dice el analista de bolsa Marco Contreras a la agencia Efe, los planes de Castillo generan “una mayor percepción de riesgo en el mercado, que hace que se caigan los precios de los activos, no solo de las acciones, sino también de los bonos, y causa una depreciación en la moneda local”.

Las pérdidas han sido significativas en una serie de rubros como el de la minería, al parecer el más afectado, pero también en apartados importantes como el de cementos y maquinarias, ya que se cuentan entre los valores que más podrían ser golpeados por la restauración de políticas estatizadoras.

El nerviosismo que expresan las cifras negociadas seguramente se mantendrá hasta que se despejen las dudas sobre lo que le tocará vivir al Perú en los próximos años, es decir, por lo menos mientras no se sepa quién estará al mando del Banco Central de Reserva o las políticas económicas que se implantarán después del 28 de julio.

Por lo pronto, algunos productos emblemáticos de la canasta popular –pollo, huevo, maíz, pan– también han estado dando saltos en las últimas semanas como resultado del subibaja del dólar, pero la tendencia se ha acentuado, pues todo indica que la inquietud se quedará todavía un rato entre nosotros.