El precio de un pacto

“A solo tres días de haberse salvado de la vacancia con la inimaginable abstención de diez legisladores fujimoristas, PPK anunció la liberación del ex mandatario”.
El precio de un pacto. (Difusión)

Se concretó lo que se especulaba. La decisión de Kuczynski de indultar al ex presidente Alberto Fujimori pone en evidencia el cierre de un pacto consumado en vísperas de la Navidad. Se pagó una deuda que el mandatario tenía con el ala fujimorista que encabeza el hijo menor del ex presidente, Kenji Fujimori. Incluso, los propios miembros de Fuerza Popular, los más cercanos a la lideresa Keiko, lo dieron como un hecho. Ello también fue advertido y criticado por legisladores de otras bancadas.

No se puede ver esta maniobra de otra manera. A solo tres días de haberse salvado de la vacancia con la inimaginable abstención de diez legisladores fujimoristas, PPK anunció la liberación del ex mandatario, quien venía cumpliendo una condena por delitos calificados bajo el derecho internacional como de lesa humanidad. La gracia le alcanza para evitar que sea enjuiciado por cualquier causa pendiente, como la masacre de Pativilca.

La Fiscalía pedía para Fujimori otros 25 años de prisión. Un perdón total de las penas.PPK evitó una crisis al no ser destituido, pero ha dado paso al nacimiento de otra. Tres de sus alfiles en el Congreso lo abandonaron.

Alberto de Belaunde, Gino Costa y el aún vocero Vicente Zeballos anunciaron su alejamiento del oficialismo. Y esto solo puede ser el inicio de otras salidas por razones de “conciencia”. No obstante, legisladores como Guido Lombardi y Juan Sheput dejaron en claro que no renunciarán.

Anoche, PPK se pronunció finalmente y justificó su postura amparándose en las prerrogativas que le da la Constitución. Aseguró que este indulto “ha sido la decisión más difícil de mi vida” y argumentó, después de reconocer que prometió no brindar la gracia presidencial, que su resolución responde a conclusiones de informes médicos que dan cuenta de un deterioro de salud. A esto agregó un mensaje que, seguramente, generará más desencuentros:

“Quienes nos sentimos demócratas no debemos permitir que Alberto Fujimori muera en la prisión”. El 24 y 25 hubo manifestaciones en varias ciudades del país, incluso en Arequipa, el incondicional bastión electoral del pepekausismo que ahora denuncia la traición de su líder. El mensaje de Kuczynski, seguramente, no aliviará esta situación. Esperemos que no la empeore.

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