"Tampoco hay oposición en el Congreso, porque se han puesto de acuerdo los ocasionales opositores, que ahora están de aliados..." (Foto: GEC)
"Tampoco hay oposición en el Congreso, porque se han puesto de acuerdo los ocasionales opositores, que ahora están de aliados..." (Foto: GEC)

En el Congreso no se van a quedar conformes con tumbarse solo la Junta Nacional de Justicia; al contrario, van a seguir arremetiendo contra la institucionalidad del país. Esto es sistemático y, sobre todo, orquestado, porque tienen “licencia para matar” la democracia, porque están enseñoreados para hacer lo que se les venga en gana y, por eso, ni se inmutan con esta intromisión grosera.

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Tampoco hay oposición en el Congreso, porque se han puesto de acuerdo los ocasionales opositores, que ahora están de aliados, entre lo más rancio de la extrema izquierda y extrema derecha; tanto es así que el fujicerronismo tiene el control de la Mesa Directiva del Congreso, para lo cual tuvieron de cómplice al partido de los Acuña, para confabularse con esta ignominia.

Del Ejecutivo ya no se espera nada. El premier Otárola, que es el que corta el jamón en Palacio, tiene un evidente pacto infame con estas huestes desbocadas del Congreso. Por eso se sienten omnipotentes y motivados para seguir con sus trapacerías, como legislar para favores a los delincuentes y corruptos, como la Ley Soto o las leyes que buscan tumbarse la colaboración eficaz y la extinción de dominio.

El siguiente paso del Congreso será el copamiento de las entidades electorales, empezando por la ONPE, que se encarga exclusivamente de la organización del proceso electoral; por ende, buscan direccionar su funcionamiento, teniendo esbirros en lugar de funcionarios independientes y probos, para favorecer los intereses electorales de los partidos políticos que tienen una bancada en el Congreso.

También tienen en la mira el tratado que permite al Perú estar adscrito a la competencia del sistema interamericano de DD.HH.; para ello van a denunciar a la CIDH, para que el país se salga de su competencia jurisdiccional. Un adelanto ha sido el mensaje del premier Otárola en la audiencia en la que participó esta semana ante la OEA, victimizándose ante la responsabilidad que tiene con las víctimas de la conflictividad social que terminó con decenas de civiles asesinados.

Olvídense de nuestra admisión a la OCDE y las inversiones, porque se rompe el precario equilibrio del país y muestra que no hay seguridad jurídica, así que no habrá crecimiento; al contrario, se está avalando la destrucción de la economía del país.

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