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[Opinión] Gabriel Ortiz de Zevallos: Nueve de cada diez hojas sí son blancas

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(Foto: César Bueno/GEC)
Fecha Actualización
Siento la obligación moral de sumarme a quienes han cuestionado la total falta de idoneidad del ministro del Interior. Quien hable de conspiración de derecha miente con descaro o necesita atención médica. La falta de idoneidad ha sido caricatura del genial Carlín, que se define marxista. Comunidades indígenas de Ucayali han pedido su renuncia (RPP). Perú21 explica ayer como defendió a traficantes de armas cómplices de Montesinos para las FARC. Hildebrandt en sus 13 le dedica carátula y 3 páginas a denunciar la estrategia de seguir el modelo boliviano sobre la hoja de coca, lo que es inviable. Perú21 nos mostró en primicia un vídeo del ministro en ese discurso, antes de ser nombrado. La única conspiración es usar el cuento de la industrialización de la coca en provecho del narcotráfico. Transparencia lo ha puesto con absoluta claridad en su comunicado y la lista de pronunciamientos continúa.
A pesar de ello, de manera incomprensible, el presidente Castillo asiste con el ministro que batió record de sanciones a la clausura de un curso de capacitación a la PNP. ¿Puede no creer que va a ser considerado un respaldo? Como maestro, ¿no es consciente de que les está diciendo a los policías que coleccionar sanciones no impide ser ministro? En una lúcida y necesaria columna la semana pasada, Martín Tanaka dio su visión sobre cómo analiza y decide Castillo: tantea todo, da mensajes contradictorios por buen rato y recién cuando ya está más claro que el agua, decide. No sabemos todavía si sigue rumeando después de decidir. A ello se suma una reunión con dirigentes del Vraem.
Las encuestas durante el gabinete Bellido reflejaron una opinión pública dividida en tres bloques. Lima desaprobaba mayoritariamente al gobierno, la costa desde Ica hacia el norte y la selva lo aprobaba con poco margen o incluso empate, y todas las provincias andinas lo aprobaban mayoritariamente. Todo el país, en cambio, desaprobaba unánimemente a Cerrón y su influencia en el gobierno. El nombramiento de Mirtha Vásquez en PCM y el comunicado de Perú Libre y probable ruptura de bancada hacen aún más incomprensible el apoyo del presidente a Barranzuela. Es verdad que el presidente en el Vraem ofreció la industrialización de la hoja de coca apenas tres días antes del cambio de gabinete. Propuesta que sabía imposible de cumplir porque no tiene los votos en el Congreso para cambiar leyes y hay compromisos internacionales, y ya cocinaba el cambio de gabinete. Algún ministro tendría que explicarle al presidente que no se puede ratificar la intención de entrar a la OECD y pretender que el cultivo de coca sea legal, arguyendo solamente que “esta hoja bendita no es blanca” si el 90% de esa hoja se produce para el narcotráfico. Hoy, el ministro de Defensa (¡y el del Interior!) han afirmado categóricamente que habrá “lucha sin medias tintas” contra el narcotráfico y el terrorismo. El problema de las contradicciones es que terminan destruyendo la credibilidad sobre lo que se anuncia.
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