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[OPINIÓN] Carlos Parodi: Fútbol y economía
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El fútbol sirve para entender algunos aspectos de la economía. Veamos. En setiembre del año pasado, en las clasificatorias a Qatar 2022, los resultados de la Selección Peruana de Fútbol no eran buenos y estábamos en los últimos lugares de la tabla. Casi nadie esperaba lograr, al menos el quinto puesto. A partir de cierto momento, comenzaron a darse resultados, como los triunfos ante Colombia, Ecuador, Bolivia y Venezuela. Los peruanos comenzamos a creer que era posible. También jugó la suerte a favor, pues nos ayudaron otros resultados, entre otros hechos. El punto es que hace solo seis meses no esperábamos nada y recibimos el quinto puesto con el triunfo ante Paraguay. Repechaje. Estamos felices y contentos.
Vamos a la economía. El 28 de julio del 2021, Pedro Castillo juró como presidente del Perú. Expectativas muy altas de una parte grande de la población, a la que el presidente se refiere con el sustantivo pueblo. No sé por qué se pensaba que la economía era un acto de fe o de magia y que bastaban las buenas intenciones para que todo mejorara en muy poco tiempo; sin embargo, eso no ocurrió. No aparecieron resultados concretos para el ciudadano de a pie, como usted o como yo. Muy poco en seguridad ciudadana, casi nada en educación y salud, etc. En síntesis, esperábamos mucho y no recibimos casi nada. O a lo mejor logramos el quinto puesto, pero muchos esperaban el primero.
¿Cuál es la moraleja? En economía las expectativas son determinantes. Pero para que sean favorables, se necesita mostrar resultados concretos y un poco de suerte. Más lo primero que lo segundo. Así como volvimos a creer en la selección, necesitamos hacer lo mismo con la economía; pero sin resultados, no será posible; menos si se usa el tiempo para culpar a otros. ¿Han escuchado alguna vez a Gareca culpar a otros, incluido el árbitro? Yo tampoco.
¿Puede lograrse? Es posible, pero necesitamos de un equipo que tenga claro cuál es el objetivo y un presidente que lidere el esfuerzo. Si hay que cambiar jugadores, pues se hace. No se puede defender lo indefendible, ni tampoco vivir culpando al resto. No podemos decir que perdimos un partido por culpa del rival. Reconozcamos primero lo que estamos haciendo mal. Mantener lo que funciona y mejorar lo que no funciona es fundamental. Falta que los ciudadanos veamos resultados claros en nuestra vida diaria, considerando que el entorno económico externo nos está dando la oportunidad de jugar el repechaje, dado el aumento del precio de los metales. Si de tener un punto en setiembre, hemos quedado quintos, todo es posible. El cambio de estrategia es clave.
Menos discurso y más resultados concretos. Hablar menos y hacer más. Hacernos volver a creer solo se consigue con hechos, no con discursos que solo polarizan más y más a la sociedad. O culpando a los rivales. El fútbol une, la política separa. Tenemos que hacer que también una. Ojalá que ganemos los dos repechajes. En la economía y el fútbol. Pero no será fácil. Ideas claras, un buen equipo, mejores estrategias, buenos reemplazos en caso alguien se lesione y, sobre todo, el convencimiento que sí es posible, deben ser los principios rectores.
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