Latam on fire: La izquierda sonríe y la derecha se sonroja. (AFP)
Latam on fire: La izquierda sonríe y la derecha se sonroja. (AFP)

La brisa bolivariana anunciada por Maduro sorprendió con una efervescencia que pareciera trascender el apoyo cubano/venezolano y responder a aspectos más profundos. Latinoamérica está movida. Ecuador, tras el intento de eliminar el subsidio a la gasolina, generó violentos reclamos de la población. Chile, un modelo por su indiscutible alto crecimiento, reventó al subir el pasaje del metro, lo que fue aprovechado para desnudar una desigualdad indiscutible. El Gabinete renunció y ahora se pretende la renuncia del presidente Piñera y cambiar la Constitución. En Argentina, el peronismo/kirchnerismo, acusado de corrupción, derrotó a Macri. Con Fernández regresa el proteccionismo. Esto se repite en Argentina cada década.

En Bolivia, Evo gana la elección con fraude, pero la oposición se resiste y falta una auditoría de la OEA. En Venezuela, Maduro se sostiene de los militares pese al hambre y crisis en salud. En Bogotá, por primera vez es elegida como alcaldesa una mujer lesbiana y ecologista de izquierda. En Uruguay hay elecciones y puede ganar la centroderecha. Brasil, con Bolsonaro, es el bastión de la derecha en la región, y podría firmar un acuerdo comercial con USA y salir del Mercosur.

En Perú, tras la disolución del Congreso, esperamos elecciones en enero, cruciales para definir la agenda país. La izquierda pretendería una Asamblea Constituyente y cambiar el modelo económico que ha generado crecimiento por 20 años. El mundo mira la región como un todo. Para el inversionista, el rompecabezas es difícil de descifrar, con incertidumbre y un giro a la izquierda, aun cuando la migración y la catástrofe económica venezolanas puedan ser una barrera de contención ante la “marea roja”.