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La reciente publicación de los más avanzados modelos climáticos nos indica que el Pacífico transitaría rápidamente a El Niño.

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Una mirada hacia el futuro a raíz de la reciente publicación de los más avanzados modelos climáticos nos indica que el Pacífico transitaría rápidamente a El Niño, señala el columnista. (Foto: Senamhi / Facebook)
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Llegamos a la mitad de enero y la atmósfera sobre el Pacífico ecuatorial, donde se juega el partido de La Niña y El Niño, continúa mostrando vientos propios de un evento La Niña.
No obstante la pérdida del enfriamiento del océano de los meses antecedentes, la atmósfera se sigue comportando como La Niña y el evento está aún en curso.
Complejo escenario climático, pues las manifestaciones del clima que hoy vemos en términos de precipitación, por ejemplo, en Perú –donde la sierra exhibe una enorme deficiencia de lluvias– o en la costa norteamericana –donde las lluvias están inundando California– no son manifestaciones típicas de La Niña; son, más bien, de El Niño.
Una mirada hacia el futuro a raíz de la reciente publicación de los más avanzados modelos climáticos nos indica que el Pacífico transitaría rápidamente a El Niño. Sin embargo, –y esto lo hace notar el Centro de Predicción Climática de NOAA– los modelos estadísticos acaban con La Niña al término del verano y luego no transitan a El Niño. Cosa contraria a lo que plantean los modelos dinámicos, que son más agresivos indicando El Niño.
El verano es aún notoriamente más fresco de lo habitual en la costa; se espera –no obstante– que se normalice hacia la segunda mitad de la estación.