Uno de los ejes más importantes de la Izquierda Ideológica es fomentar el odio, explotar los resentimientos, generar repudio y con ello ofrecer como “pago social”, una especie de venganza de los que menos tienen, haciendo que los que más tienen sufran.
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Pregonan en favor de terminar con los privilegios, que paguen más los poderosos, inclusión, estatismo, etc. Esta oportunidad de revancha es el primer beneficio que ofrecen a los ciudadanos, como una suerte de recompensa, que, al fin y al cabo, será lo único que recibirán las personas a cambio de su voto.
Esta forma de actuar se traduce en: No importa si te falta trabajo, salud o educación, porque lo importante es que sientas satisfacción al ver como perjudicamos a los “poderosos de siempre”.
Esa es la Izquierda, pero la realidad real es que ahora la izquierda ideológica ha evolucionado hacia la multiplicidad de ejes y grupos de conflicto, usando como centro de gravedad el descontento para trabajar al mismo tiempo en conflictos múltiples.
Su línea de acción se genera a partir de lo que podemos llamar la mentira emocional y se refiere a temas como injusticia, igualdad, derechos, discriminación, etc. Emociones que se traducen en odio, existencia de buenos y malos, venganza y revanchismo.
Esta multiplicidad de sujetos políticos en conflicto rompe con la confrontación simétrica y convencional para enfrentarlos a todo nivel y la batalla se transforma en asimétrica.
Habiendo entendido que el mensaje de la Izquierda Ideológica debe ser superado con el discurso de la libertad, el primer paso es desnudar la gran mentira de la izquierda, es demostrar que representa la peor expresión de la política.
Para ello, basta con preguntarnos: ¿Qué hicieron para luchar contra la corrupción, la delincuencia y el terrorismo? ¿Qué hicieron para que los ciudadanos sean prósperos?, ¿alguna obra importante?, ¿mejorar la calidad de la educación o de la salud?
Si respondemos con la realidad veremos que solo han engañado a los ciudadanos, controlan la justicia, persiguen políticamente y dicen ser demócratas, pero apoyan las dictaduras de izquierda. Y claro, atacan a la familia, los valores y los principios.
Y aquellos que se camuflan en nuevos movimientos para ocultar su verdadera tendencia ideológica, como lo hacen los caviares, son la peor representación de la política de izquierda.
Tenemos que identificar claramente el enemigo a vencer, y el primer paso para lograr nuestro objetivo es demostrar y destruir las mentiras cualitativas de esa izquierda.
Para que la mentira nos deje de gobernar y de robar es necesario el cambio de ciclo, porque si seguimos haciendo lo mismo y optando por los mismos de siempre, todo será igual o peor.