El triunfo de Donald Trump el 5 de noviembre en EE.UU., contra todo “pronóstico” de la mayoría de las encuestadoras y de la activa participación de diversos medios de comunicación a favor de Kamala Harris, que elevó a la estratósfera política las expectativas sobre la candidata demócrata, fue abrumador, aplastante y humillante. Incluso, la “varita mágica” hollywoodense de diversos famosos actores que entraron en escena no pudo con el “bulldozer” Trump que no dejó “piedra sobre piedra”: La reacción de la progresía norteamericana desató las iras “santas” que devino en violencia e intolerancia sin la “corrección política” esperada.
Inmediatamente, el ganador Donald Trump anunciaba algunas medidas de lo que será su próxima gestión, las mismas que fueron utilizadas (de inmediato también) para asustar a los migrantes, tal vez para tratar de llevar un poco de culpabilidad de los votantes y posiblemente para intentar una “revuelta” contra el sistema. Sin embargo, este “recurso” fue siendo aplacado en cada instante que el mapa norteamericano se pintaba de rojo republicano hasta dejar el imperceptible azul demócrata. Por ahora, muchos esperan que tanto artistas como personas influyentes que ofrecieron salir de EE.UU. si ganaba Trump cumplan con su promesa. Veremos.
Entendemos que el objetivo principal de una redada contra migrantes, como lo han dicho los voceros de Trump, estará centrada principalmente contra los criminales que hoy están causando verdaderos estragos contra la seguridad interna en EE.UU. Por ejemplo, algunas autoridades han anunciado que el Tren de Aragua, que está cometiendo crímenes horrendos en Nueva York, Texas u otros estados, es una organización terrorista. Quienes hoy vivimos en carne propia la arremetida criminal del Tren de Aragua en Perú y Sudamérica, que está regando de cadáveres nuestras calles, podemos entender la desesperación del país del norte y la gravedad de sus decisiones. Por eso, esperamos que los migrantes y trabajadores honestos no entren en pánico y confíen que solo su trabajo y honestidad podrán sostenerlos en el sueño americano.
Trump ha anunciado otros grandes cambios, entre ellos, en el campo político interno, la puesta en marcha de una descentralización de algunos organismos enquistados en Washington, los mismos que serán trasladados a otros estados para acercarlos más a la población. Habrá una revisión de los protocolos de organismos de seguridad, como el FBI, habida cuenta de una presunta infiltración ideológica y denunciada por “persecución” a políticos. El republicano ganador va con todo.
La abierta y frontal lucha de Donald Trump contra el progresismo, es decir, contra la ideología de género, niños “trans”, abortos y otras monstruosidades harán que estas tengan boleto solo de ida a la sala “UCI” de la maquinaria “trumpista” y dudamos que puedan resistir la presión, o lo que es peor, que esta corriente libertaria se fortalezca por mucho tiempo. Se vienen tiempos de cambios y esperamos que esos aires de libertad también se respiren en nuestro país en 2026. Sí se puede.
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