Detenido en los Estados Unidos, mientras se resuelve el pedido de extradición de la justicia peruana, “el cholo del etiqueta azul” debe lidiar con sus peores fantasmas. Su paranoia es perfectamente atribuible al síndrome de abstinencia, pero también a la ausencia de escrúpulos y valores. Solo él sabe en qué momento se convirtió en un despojo de lo que pudo ser y cuándo envileció su espíritu, atraído por el poder y, sobre todo, el dinero.