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Intervienen empresa concesionaria de tren accidentado en Argentina
Gobierno anunció que esa medida “temporaria y cautelar” busca velar por la seguridad de los usuarios, luego de la tragedia ferroviaria que dejó 51 muertos y más de 700 heridos.
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El Gobierno argentino anunció hoy la intervención "temporaria y cautelar" de la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA), en medio de duras críticas de familiares de las víctimas del accidente de tren que dejó 51 muertos y más de 700 heridos.
"Se dispuso la intervención por orden de la presidenta (Cristina Fernández). Está en juego el interés público y las condiciones de seguridad de los usuarios", indicó en conferencia de prensa el ministro de Planificación, Julio de Vido.
La medida "administrativa, técnica y operativa" alcanza a las líneas General Mitre y Sarmiento, que enlazan la provincia de Buenos Aires con la capital, gestionadas por TBA.
La intervención se prolongará durante 15 días o mientras dure la investigación judicial abierta para esclarecer responsabilidades por una de las más graves tragedias ferroviarias que ha sufrido Argentina.
"Quizá vamos a tener algunos trenes menos, quizá vamos a tener horarios distintos a los diagramas habituales y esto no debería provocar situaciones de zozobra", precisó el secretario de Transportes, Juan Pablo Schiavi.
La Auditoría General de la Nación (AGN), controlada por la oposición, reclama poner fin a la concesión de la firma TBA, de capitales argentinos, al igual que lo hicieron dirigentes políticos y sociales.
El último miércoles un tren procedente de la localidad bonaerense de Moreno, —en la línea Sarmiento— se empotró contra un andén de la estación Once, una de las tres más importantes de Buenos Aires, por causas que aún se desconocen.
El accidente ha puesto de manifiesto la precariedad del servicio ferroviario de cercanías, la negligencia política y la falta de control estatal sobre la gestión de la concesionaria TBA, que da empleo a más de 4,500 personas.
La investigación del siniestro se centra en las condiciones mecánicas del convoy, un Toshiba japonés de 1960, y en la actuación del conductor, Marcos Antonio Córdoba, de 28 años, que resultó herido y que, según portavoces sindicales, se mantuvo esposado durante su estancia en el hospital.
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