Retazos del odio [Crónica]

Los vecinos de un apacible condominio al oeste de Río veían actitudes sumamente extrañas en Aylson Proenca Doyle Linhares, un hombre de 58 años que vivía solo en una vieja casa. En realidad, sus actitudes no eran extrañas; eran más bien monstruosas. Muchos lo habían visto hablando con niños “como si estuviera intentando llevarlos a su casa”, recuerdan. Sin embargo, todo estallaría ante un hecho aún mayor: una pareja lo denunciaría ante la Policía por abusar de su hijo de 12 años. El hecho llevó a que un grupo de agentes acudiese a la casa del sujeto el pasado sábado 9 para arrestarlo. Lo que encontrarían dentro sería tenebroso.

Junto a un arsenal de material pornográfico, la Policía halló una colección de más de 8,000 mil artículos de parafernalia nazi. Uniformes de oficiales, banderas, insignias, monedas, medallas, pinturas y fotografías de Adolf Hitler se hallaron en perfecto estado dentro de la casa de Doyle Linhares. Imágenes de la Policía mostraron nueve armas de fuego, entre ellas un fusil y hasta una ametralladora acompañada de varias municiones.

“Es espantoso. Nunca había visto nada igual. Me sentí como si estuviera en la película Inglourious Basterds [sic]”, indicó el jefe de la Policía de Río de Janeiro, Luis Armond, a CNN.

Doyle Linhares finalmente fue arrestado preventivamente y acusado de “fragancia de portar armas, discriminación racial y pedofilia”. Armond dice que el hombre podría ser condenado a hasta 30 años de prisión si es declarado culpable de los delitos.

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OBJETOS DEL HORROR

¿Qué puede motivar a un brasileño a guardar estos objetos del Tercer Reich? Según explicó el jefe de la Policía, Doyle Linhares proviene de una familia que acumuló riquezas mediante inversiones. Las autoridades creen que el sujeto usó su herencia para financiar su pasatiempo coleccionista.

Ahora se investiga si el sospechoso tiene vínculos con grupos neonazis en Brasil. Recordemos que estos movimientos, aliados de la extrema derecha, operan en el país sudamericano, especialmente en la parte sur, donde han crecido en los últimos años. Durante el Tercer Reich, Brasil fue el país que congregó más nazis fuera de Alemania. Asimismo, tras la Segunda Guerra Mundial, miles de oficiales nazis y miembros del partido huyeron a Sudamérica para evitar ser juzgados. Uno de ellos fue Josef Mengele, el ‘Ángel de la Muerte’, un sanguinario médico que laboró en Auschwitz y huyó a Brasil, donde encontraría la muerte en 1975.

“Estamos empezando las investigaciones, no es un caso común. Tenemos que rastrear cómo adquirió esos objetos, de quién y dónde. Y ahora tenemos el problema de cómo almacenarlos, ya que pueden deteriorarse o ser robados”, explicó el jefe de la Policía.

En un conteo rápido, las autoridades han valorizado a todo el arsenal en unos 2.9 millones de dólares. ¿Quién pagaría por estos objetos del horror? Coleccionistas repartidos en todo el mundo. Un uniforme usado por un nazi de alto rango puede costar tanto como 290,000 dólares, explicó Armond. Ahora, tras el allanamiento, lo más probable es que los objetos terminen en un museo, como ocurrió con una colección similar hallada en 2017 en Buenos Aires.

NEOFASCISTAS EN VILO

A miles de kilómetros, en Italia, el primer ministro, Mario Draghi, se mostraba firme el lunes pasado: “No habrá tolerancia contra la intimidación y la violencia”. Sus palabras tenían como destinatario a los grupos neofascistas que vienen alzando voz en los últimos meses en el país europeo. Su última acción fue destruir la sede de la Confederación Italiana del Trabajo, el mayor sindicato del país. Los extremistas habían aprovechado una marcha contra las medidas por la pandemia para infiltrarse y cometer el hecho.

Al frente de los actos delictivos estuvo el partido neofascista Forza Nuova. Doce de sus integrantes fueron detenidos tras el ataque, incluido el líder nacional de la formación, Giuliano Castellino, y su responsable en la capital, Roberto Fiore. La integrantes del movimiento, abiertamente opuestos a la homosexualidad, inmigración y con tintes antisemitas, son considerados como ‘nietos de Mussolini’. Ahora, con el malestar económico producido por la pandemia, el movimiento ha encontrado razones para protestar contra el gobierno.

Sin embargo, con el destrozo de la sede de la Confederación Italiana del Trabajo, Forza Nuova habría cavado su fin. Políticos, intelectuales y sindicalistas de distintos frentes exigieron la disolución de los movimientos neofascistas que protagonizaron los actos violentos. Asimismo, la Fiscalía de Roma ha abierto una investigación por los disturbios en la manifestación. Por otro lado, la página web del grupo ultra ha quedado inhabilitada.

Aún no hay nada decidido, pero desde el Gobierno se están realizando todas las investigaciones oportunas de carácter jurídico. Hay que mencionar que en la historia de Italia nunca se ha disuelto un partido político por un decreto gubernamental, por lo que, en caso de darse, marcaría un precedente.

Nuevamente el fascismo y el nazismo salen a la palestra. Recordemos también que en Alemania una anciana de 96 años, exsecretaria de un campo de concentración nazi, será juzgada el próximo 19 de octubre, mientras que un anciano de 100 años viene siendo procesado por ser cómplice de la muerte de más de 3 mil prisioneros entre 1942 y 1945. Los crímenes, tarde o temprano, se pagan.

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