El Estado Mundial de la Infancia demanda que las sociedades rompan el silencio que rodea a la salud mental, aborden el estigma, promuevan la comprensión y tomen en serio las experiencias de los niños y los jóvenes.
El Estado Mundial de la Infancia demanda que las sociedades rompan el silencio que rodea a la salud mental, aborden el estigma, promuevan la comprensión y tomen en serio las experiencias de los niños y los jóvenes.

Una inversión urgente en la de la niñez y adolescencia a través de intervenciones no solo en salud, sino también en educación y protección social, planteó en su publicación anual Estado Mundial de la Infancia (EMI). En el estudio denominado “En mi mente, promover, proteger y cuidar la salud mental de la infancia”, presentado hoy, la organización internacional indicó que el promedio del gasto que hacen los gobiernos a nivel mundial llega apenas el 2,1%, mientras que en países pobres se destina menos de 1% para tratar este tema.

El Estado Mundial de la Infancia demanda que las sociedades rompan el silencio que rodea a la salud mental, aborden el estigma, promuevan la comprensión y tomen en serio las experiencias de los niños y los jóvenes.

En ese contexto hicieron un llamado al compromiso, la comunicación y la acción como elementos de un enfoque integral que sirva para promover la buena salud mental de cada niño y adolescente, proteger a los más vulnerables y cuidar a los que enfrentan mayores obstáculos.

“Hoy más que nunca, la salud mental de la niñez y adolescencia se ha hecho visible a nivel mundial. Dos de las cinco principales causas de mortalidad en la adolescencia son la violencia interpersonal y el suicido y están estrechamente relacionadas con problemas de salud mental”, sostuvo Ana de Mendoza, Representante de UNICEF en el Perú.

“Esta situación se agudizó aún más en esta población debido a que fueron quienes más restricciones tuvieron debido a la pandemia. El cambio hacia la escolaridad virtual y en muchos casos hacia la no escolaridad, la falta de interacción con el entorno escolar y sus soportes, y la falta de uso de espacios públicos para el juego, actividad física y deporte los han obligado a adaptarse a nuevas circunstancias perdiendo muchos de sus entornos naturales y cotidianos”, añadió.

Según el informe, La y la representan casi la mitad (50%) de los trastornos mentales entre los adolescentes de 10 a 19 años en el Mundo y América Latina. De acuerdo con el documento los trastornos mentales son una causa de sufrimiento que en muchos casos no es atendida y que perjudica la salud y educación de la niñez y adolescencia.

925 mil casos

De acuerdo con una investigación llevada a cabo por Gallup para el informe Changing Childhood de UNICEF, citado en el EMI, el 19% de los jóvenes entre 15 a 24 años de 21 países declararon, en el primer semestre de 2021, que a menudo se sienten deprimidos o tienen poco interés en realizar alguna actividad. En el caso del Perú, la cifra es del 16%.

Durante su intervención el Dr. Yuri Cutipé, director ejecutivo de salud Mental del Ministerio de Salud, precisó que uno de los principales factores de protección de la salud mental de los niños, niñas y adolescentes es justamente la salud mental de sus cuidadores, es decir de sus padres y madres.

“En setiembre, hemos sobrepasado los 925 mil casos de salud mental atendidos a nivel nacional, de los cuales tenemos 246,242 menores de 18 años, y donde resalta en especial como la demanda más frecuente la atención por problemas de depresión clínica y trastornos de ansiedad, y en tercer lugar el síndrome de maltrato”, puntualizó.

Al compartir las cifras del EMI, Laura Salamanca, representante adjunta de UNICEF, señaló que 1 de cada 7 adolescentes en el mundo padecía de un trastorno de salud mental, cifra igual a la de América Latina. “Sin embargo una de las realidades a la que nos enfrenta este documento es lo que ocasiona el no atender este tema. La repercusión en términos de pérdidas de vidas humanas y sus efectos en las familias y la economía es muy grande”, remarcó.

“Se calcula que cada año mueren 45,800 adolescentes por suicidio. Es decir, más de una persona cada 11 minutos. En América Latina la cifra es aún más grave, un adolescente cada hora. Un análisis realizado en este informe indica que la pérdida de capital humano debido a las afecciones de salud mental en niños de 0 a 19 años llega a 387.200 millones de dólares. De ellos, 340.200 millones están vinculados a la ansiedad y depresión y 47 millones a pérdidas debido al suicidio”, subrayó.

Caso peruano

Entre las experiencias destacables, el EMI presenta el modelo peruano de atención comunitaria a la salud mental. Este modelo se basa en ofrecer servicios de atención primaria, cerca de donde vive la gente y donde puede acceder a la red de apoyo de sus comunidades. Esta experiencia fue instituida en respuesta a una brecha entre la necesidad y la disponibilidad de servicios de salud mental en el Perú.

Para resolver este desface de los servicios de salud mental, el gobierno instituyó una serie de reformas dirigidas a ampliar la atención comunitaria, como añadir la cobertura de la atención de la salud mental a los planes de seguros de salud y establecer un programa presupuestario de salud mental basado en resultados que contribuyó a aumentar el gasto público.

En el 2019, se aprobó una nueva ley nacional de salud mental. Como resultado de estas acciones, la red de centros comunitarios de atención de salud mental del país aumentó de 22 en el 2015 a 203 para el 2021.

Los centros se complementan con 30 unidades especializadas en hospitales generales y 48 centros de rehabilitación. En el 2021, debido a la pandemia, aumentó la demanda de estos servicios. Ya en el 2020, 3 de cada 10 niñas, niños y adolescentes presentó riesgo en su salud mental

En respuesta, el Ministerio de Salud, con el apoyo de UNICEF, dio a conocer orientaciones específicas para la atención de la salud de los adolescentes en el contexto de COVID-19 en 2020 y directrices técnicas para la atención integral de la salud mental de los adolescentes en 2021.

VIDEO RECOMENDADO

La captura del siglo narrada por sus protagonistas
El sanguinario terrorista Abimael Guzmán murió en la Base Naval a un día de celebrarse 29 años de su captura. Esta es la captura del sigo narrada por los valientes agentes del GEIN, el general Carlos Morán y ‘Gaviota’ Ana Cecilia Garzón.