"Fue una chispa la que generó que las calles de Mesa Redonda se convirtieran en un infierno". (Foto: Javier Zapata)
"Fue una chispa la que generó que las calles de Mesa Redonda se convirtieran en un infierno". (Foto: Javier Zapata)

Fue una chispa la que generó que las calles de se convirtieran en un infierno. Fue una chispa la que se encendió en el jirón Andahuaylas y que activó toneladas de pirotécnicos que se vendían sin ningún control ni restricción en veredas y galerías. Esa chispa convirtió las fiestas de fin de año en tragedia. Fue esa chispa la que mató a más de 400 personas; algunas de ellas se convirtieron en polvo y jamás pudieron ser identificadas. ¿Aprendimos algo? No.

Recientemente, una chispa, originada por un trabajo de soldadura, originó un incendio, aproximadamente a las 11:30 de la mañana del domingo 26 de noviembre, dentro de una galería de la cuadra 8 del jirón Puno, en Mesa Redonda. Las llamas, que generaron gran pánico, avanzaron y acabaron con diez puestos. No hubo muertos porque los bomberos lograron llegar a tiempo. El recinto tenía vencido el certificado de Defensa Civil.

EL CAOS DE SIEMPRE

“Lamentablemente, en Mesa Redonda, de los cerca de diez mil supuestos ambulantes, habrá 500 que son verdaderamente ambulantes; o sea, que van con sus cositas, caminando, vendiendo golosinas, etcétera. Los otros son comerciantes informales a los que no les gusta pagar impuestos y viven años de años traspasando sus negocios y trabajando informalmente”, aseguró a Perú21 Pablo Goytizolo, vocero de la Cámara de Empresarios Mesa Redonda.

Estas personas, añadió, están bien organizadas. “Son familias completas que se creen dueñas de las calles. Ponen sus bancas, ponen sus sombrillas, ponen toda su mercadería. ¿Cree que un fiscalizador los puede retirar? Los fiscalizadores han sido agredidos, los amenazan. Si un empresario formal les exige que se retiren, los amenazan, los agreden. No les puedes decir nada”, recalcó.

Goytizolo coincide con lo que advierten oficiales de la Policía Nacional —entre ellos, el coronel Víctor Revoredo, jefe de la División de Investigación de Homicidios—: “La informalidad trae mafias, trae cobro de cupos. Tú te quedas en la calle y vienen los delincuentes, supuestamente, a cuidarte. Lo que hacen estos delincuentes es cobrarte y ponerte un espacio. O sea, lotizar. Ya se creen seguridad. Pero ellos son los que agreden, en complicidad con los ambulantes. Las mafias se crean a raíz de la continuidad de este comercio informal”, aseveró.

Hay una situación de alto riesgo. En el jirón Andahuaylas —epicentro del incendio que acabó con más de 400 vidas en diciembre de 2001—, ya no se puede caminar. No son ambulantes. Son tiendas enteras las que se han instalado en las pistas. Se ofrece de todo: desde comida hasta adornos navideños. Tal es el caso de la Galería Top Center, que se encuentra en la cuadra 6 del jirón Puno, cerca del local que se incendió el pasado 26 de noviembre. El acceso principal está bloqueado por comerciantes callejeros.

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“Siempre ocurre por estas temporadas algún incendio, alguna pelea por ahí. Toda Lima se ha convertido en una bomba de tiempo. Si tú visitas el cruce de los jirones Ayacucho e Inambari, vas a encontrar triciclos con cocinas y balones de gas; aceite hirviendo, vendiendo pescado. Se ponen en lugares donde ingresa la gente. Si ocurre algún incidente, ¿qué va a pasar?”, cuestionó Goytizolo.

REUBICACIÓN: UN FRACASO

El 15 de mayo, la Municipalidad de Lima declaró como zona rígida el Mercado Central y Mesa Redonda. La medida, que luego se amplió al Triángulo Comercial Grau, tuvo un gran impacto... pero solo por unos días. Los ambulantes casi desaparecieron. En realidad, comenzaron a mudarse a otros sectores del Centro de la capital, como la avenida Grau y llegaron hasta la avenida Aviación, en la zona que antes era conocida como Tacora.

Esto fue parte de un plan de reubicación emprendido por el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, que incluyó el empadronamiento de los informales que laboraban en Mesa Redonda y el Mercado Central, que se llevó entre el 19 de abril e inicios de mayo. Lograron registrarse más de 5 mil personas. Luego se efectuó una depuración. Un grupo fue llevado, a inicios de junio, al campo ferial de la cuadra 7 del jirón Amazonas, en Barrios Altos, que fue denominado La Huerta Encontrada. El proyecto fue un completo fracaso.

ADVERTENCIA

Ante este alarmante panorama, la Defensoría del Pueblo ha pedido a la Municipalidad Metropolitana de Lima que refuerce las acciones de fiscalización en Mesa Redonda y zonas aledañas “a fin de evitar accidentes o daños a la integridad ante la ocupación que se viene registrando en gran parte de las vías públicas debido a la presencia de comercio ambulatorio no autorizado”.

Además, dicha institución ha advertido “con preocupación” que la zona más crítica es el jirón Andahuaylas, en el tramo entre el Fuerte Santa Catalina, a pocos metros de la avenida Nicolás de Piérola, y el Puente Balta, ubicado sobre el río Rímac.

“El cuadro más crítico se evidencia en las cuadras del jirón Andahuaylas ubicadas hacia el lado izquierdo de la calle Capón, donde la presencia de comercio ambulatorio prácticamente viene ocupando la totalidad de algunas vías”, puntualizaron. La bomba no se ha desactivado. Que en estas fiestas de fin de año no tengamos que soportar otra tragedia.

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