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Falta de intensivistas pone en riesgo recuperación de pacientes
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Desde hace 14 meses, 600 médicos intensivistas triplican esfuerzos en las salas de Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de los hospitales de todo el país para rescatar de la muerte a cientos de personas graves a causa del coronavirus. Sin embargo, los enfermos críticos aumentan a diario y, ante la presión, las autoridades siguen comprando camas y ventiladores mecánicos, sin tomar en cuenta los recursos humanos especializados, situación que, según el presidente de la Sociedad Peruana de Medicina Intensiva (Sopemi), Carlos Lescano Alva, pone en riesgo la recuperación del paciente.
“Hay un grueso de pacientes que no están siendo atendidos por médicos o enfermeras especialistas en cuidados intensivos; es una situación de riesgo a la que se somete a los pacientes; esto no se aprende de la noche a la mañana”, explica Lescano, médico del área de la UCI del Hospital Edgardo Rebagliati.
MÁQUINAS SOLAS
La norma técnica establece que un intensivista se hace cargo de una cama UCI. Sin embargo, debido al desastre sanitario, estos profesionales duplican turnos y muchos nosocomios aplican la estrategia piramidal, es decir, el intensivista supervisa varias camas UCI teniendo como brazos a los internistas, anestesiólogos, neumólogos, cardiólogos, cirujanos o médicos generales, con quienes la cobertura de atención alcanza las 1,800 camas UCI. No obstante, hasta el 29 de abril las camas se ampliaron a 2,679 pacientes en UCI, es decir, 879 pacientes graves son tratados solo por médicos de otra especialidad.
“El Estado no está tomando como punto de partida para implementar las camas UCI al recurso humano especializado, cree que esto es como comprar un auto, un televisor, pero, ¿quién maneja este aparato? Hay mucho equipamiento que ha llegado del Minsa, camas, ventiladores MASI de la Católica, y está ahí, nadie lo usa. Estamos trabajando con lo que tenemos, faltan enfermeras y técnicos especializados en UCI”, sostiene Jesús Valverde, expresidente de la Sopemi.
El médico explica que no hay más intensivistas porque la especialidad no resulta atractiva por su baja remuneración, ya que les pagan una tarifa plana, a diferencia, por ejemplo, de los cirujanos, que ganan por paciente operado; los turnos agotadores que colisionan con la vida social y familiar; 12 largos años de formación –siete como médico general, un año de SERUM y tres o cuatro años de especialidad en medicina intensiva–; la migración de especialistas a EE.UU. y Europa; y antes de la pandemia, poca oferta laboral y equipamiento deficiente de las UCI.
“No ha habido una política nacional para ampliar las UCI, nos han tratado igual que cama hospitalaria. Una cama multipropósito, ventilador y monitor cuestan entre 50 mil y 150 mil dólares. Incrementar una cama UCI es gran inversión; detrás está el oxígeno, la farmacia y los insumos. Es muy costoso, pero es una necesidad tener 10 camas UCI por cada 100 mil habitantes, el Perú tiene cuatro o cinco”, detalla el intensivista del hospital Dos de Mayo.
POCAS PLAZAS
La medicina intensiva, además, es una especialidad joven, pues recién fue reconocida como tal hace 30 años. En los primeros años, las universidades habilitaban cinco plazas por año para dicha especialidad, luego pasaron a 20 o 25 y desde el año pasado, cuando empezó la pandemia, las plazas subieron a 50.
“Este incremento no se justifica en relación con la pandemia. Tenemos para dos años más de demanda, espero no tan alta. La gente está cansada, no ha habido vacaciones. El 90% de consultas que llegan a los hospitales son para respirador, ni siquiera cánula de alto flujo”, argumenta Rosa López, jefa de la UCI del hospital Guillermo Almenara de Essalud.
Un médico intensivista posee conocimientos en medicina interna, procedimientos vía aérea, manejo de sedación y ventilación, enfermedades infecciosas; conoce de imágenes y procedimientos de radiología, cardiología, cirugía vascular, neurocirugía, trasplante; tiene habilidades en soporte respiratorio, desde oxigenoterapia hasta ventilación mecánica, pasando por medicina hiperbárica.
En la Universidad Peruana Cayetano Heredia esta especialidad requiere cuatro años de estudio, mientras que en San Marcos y en la Federico Villarreal tres años.
López resume: “La esencia más grande de la medicina es poder quitarle un paciente a la muerte. La medicina intensiva te hace tomar decisiones sumamente rápidas y cuando tus acciones empiezan a recuperarlo, a estabilizarlo, te hace, realmente, sentirte médico en toda su extensión”.
DATOS
En junio próximo, alrededor de 50 médicos se recibirán como intensivistas. Así, habrá 650 especialistas en los servicios críticos.Por cada 100 mil habitantes, el Perú debe contar con 10 camas UCI, según la Organización Mundial de la Salud. Por ello, se requiere 3,200 camas UCI, e igual número de especialistas.En la región, los intensivistas ganan hasta 10 mil dólares mensuales en un trabajo. Un médico de esta especialidad en Perú debe laborar en tres lugares para tener un sueldo acorde.“Podemos manejar 1,800 camas UCI, pero el Minsa reporta 2,679. No sabemos quién maneja el resto”, dijo Jesús Valverde, intensivista del Hospital Dos de Mayo.
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