¿Listos para ejercitarse?

LA CIENCIA LO DICE¿Por qué ejercitarse? La respuesta podría reducirse a un "porque es bueno". Pero mejor detallemos los argumentos. Realizar actividad física reduce el riesgo de padecer graves enfermedades no transmisibles, como hipertensión arterial, diabetes, cardiopatía coronaria, cáncer y otras. De hecho, la inactividad física conlleva al sobrepeso y a la obesidad, males responsables de que tres millones de adultos mueran cada año. Además, el ejercicio estimula la producción de neurotransmisores del bienestar y, por lo tanto, contribuye a mantener lejos el estrés, la depresión y la ansiedad.

NO PONGA EXCUSASPara tener una actividad física sana, no se necesita una gran inversión. Es verdad, hay dispositivos electrónicos para monitorear su rendimiento, prendas especiales con tecnología de punta y otros elementos diseñados para el deportista, pero lo cierto es que ponerse en forma puede ser algo sencillo. No es caro, no es difícil y no es solo para atletas expertos. Propuesta: empiece con una caminata diaria de 30 minutos cerca de su casa.

PÓNGASE METAS A LARGO PLAZOLo común es establecer objetivos concretos: bajar de peso para lucirse en la playa, eliminar el rollito que se escapa del pantalón, en fin. Si bien son metas motivadoras, lo cierto es que la actividad física debe tomarse como un estilo de vida. Es decir, muévase porque es consciente de que así será una persona sana.

NO IMPORTA LA EDADLa actividad física es importante durante toda la vida. Si se inculca desde niños, será vital para evitar la aparición de males como diabetes o hipertensión. Asimismo, durante la juventud y la adultez, el ejercicio es casi el mejor seguro de vida. Finalmente, el adulto mayor también puede –y debe– ponerse en forma. Por ejemplo, enfermedades como sarcopenia –pérdida de masa muscular asociada a la falta de movimiento– se pueden evitar mediante ejercicios de resistencia adecuados.