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[OPINIÓN] Hugo Palma: “El clamor del pueblo”

“Nunca se redujo tanto la pobreza en el Perú como en las últimas décadas. ¿Pero cuánto habríamos progresado si gigantescas cantidades de dinero no se hubieran quedado en los bolsillos de “gobernantes y representantes” y sus compinches?”

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[OPINIÓN] Hugo Palma: “El clamor del pueblo”
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Tiene que ser escuchado. ¿Pero de qué estamos hablando, si designa cosas diferentes? Diccionario DLE: ciudad, villa, poblado, personas de un lugar, región o país y, obvio, a su población desfavorecida. En democracia solo puede referirse al total de las personas. En el Perú el pueblo somos 33 millones; ni uno menos. Por eso somos un país unitario con un solo defensor del Pueblo.
No podemos ni debemos estar todos de acuerdo en todo. Eso solo ocurre en Corea del Norte, y si está ahí, mejor ni discuta. Para procesar humana y civilizadamente nuestras diferencias, adoptamos un sistema político democrático y representativo. Por distintas razones, se ha degradado a ser una Kakistocracia, “el gobierno de los peores”, con valiosas excepciones que sostienen la esperanza. G. Sartori: “…la ‘representación’ es a) una sustitución en la que una persona habla y actúa en nombre de otra; b) bajo la condición de hacerlo en interés del representado”. ¿Ustedes de nosotros? ¡No se pasen!
Si el pueblo estuviere representado y gobernado por quienes actúan en su interés, se acercaría muchísimo al ejercicio y disfrute de todos los derechos consagrados en el art. 2do. de la Constitución vigente que, precisamente por el poder de los peores, sigue siendo una carta a Papá Noel. Estos no hacen nada para que el pueblo los conozca, comprenda su inspiración humanista y menos para que se los exija. No son suicidas.
Nunca se redujo tanto la pobreza en el Perú como en las últimas décadas. ¿Pero cuánto habríamos progresado si gigantescas cantidades de dinero no se hubieran quedado en los bolsillos de “gobernantes y representantes” y sus compinches? ¿O en el paraíso de muchísimos gobernadores, alcaldes y “seres queridos” que devuelven, malgastan o roban gran parte de sumas jamás vistas? Y, como cereza, le echan la culpa a Lima y promueven disturbios y violencia.
Volviendo al pueblo, es evidente que los peruanos enfrentamos enormes problemas y desafíos. ¿Pero qué clamor y de quién exige que se escuche un sector político? No de los 33 millones ciertamente, ni del “Perú profundo” que es la mayoría de los habitantes de Lima, ni de los centenares de miles y pronto millones que se quedan sin trabajo y subsistencia, ni de quienes perdieron bienes, salud, vida por bloqueos y así por delante. Se refieren a quienes se movilizan localmente o por todo el país. Acá debe distinguirse a los pocos voluntarios de los azuzados por toda demagogia y los que reciben viáticos, están en planillas y autorizados a quedarse con lo robado. No exigen nada “social”. Todo es político y sería legal si no cometieran delitos. Pero sin violencia, “no sirve”.
Al pueblo, 33 millones, ese sector político debe hacernos un favor. Ahórrenos la Asamblea Constituyente. Bajen las KONSTITUSIONEZ de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua; y hagan un copia-pega tipo tesis académicas de las HUNIBERCIDADEZ que representan bien. Es innecesario que se rasquen el fondo del cerebro. Todo el poder es del pueblo y el pueblo es quienes ustedes deciden y la delincuencia sostiene. ¿Y todos los demás peruanos? Mala suerte; no somos pueblo.
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