Afrontar o hundirse. Tan simple como complejo. Ante la crisis generada por el coronavirus, la cadena de comida de la selva más grande del país se reinventó. La Choza de la Anaconda, con presencia en más de 30 malls de todo el Perú, se ha adaptado al actual requerimiento de productos de primera necesidad incursionando en el reparto de alimentos de la selva bajo una marca nueva.
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Annie Alvarado Azang, empresaria de comida de la selva, cocinera y gerente de la marca ha implementado toda su logística para dar este giro de timón de acuerdo a las nuevas normas sanitarias y demanda reinventándose bajo un nuevo nombre “Productos Ingunza”. Y hoy está llevando productos de la canasta básica a la puerta del hogar con la movilidad de la propia empresa, sin otros intermediarios.
En diálogo con Perú21, Annie resalta que la gente de la selva es trabajadora e ingeniosa, y por ello tomaron la decisión a pesar de las dificultades: “Ha sido complicado. Apenas empieza la crisis estábamos con productos y decidimos repartir con nuestro colaboradores, entregarles canastitas. Luego rematamos el producto al anunciar por Facebook, y así avanzamos hasta que decidimos que era una buena oportunidad cambiar el rubro”.
Es una mujer llena de entusiasmo, carismática y alegre. Los productos están saliendo bien bajo esta modalidad, los clientes les comparten sus recetas, y ella suma otras. Es una situación inédita que no esperaba, que nadie se esperaba. Trabaja con 17 colaboradores, algunos se tuvieron que ir, pero espera que regresen pronto: “Somos un barco, a veces hay que bajar a unos pasajeros para que no se hunda, sin embargo, cuando la calma retorne, esos pasajeros subirán, regresarán”.
“Casi todos Los productos los traemos de San Martín, exactamente de Tarapoto, de donde vengo y es toda mi familia. No hemos dejado de tener contacto con nuestros proveedores y con algunos nuevos productores que en conjunto nos hemos dado la mano para surgir ante esta crisis. La planta de procesamientos que teníamos para hacer muchas preparaciones ha sido destinada y adecuada para lograr este objetivo”, cuenta la empresaria de 34 años.
La empresaria detalla que se han tenido que adaptar y de esta manera salvar la producción y los insumos que ya tenían, así como los puestos de trabajo de muchos de sus colaboradores.
Annie Alvarado cuenta que está implementando varios puntos que funcionaban como restaurante para hacerlos market, la primera tienda de alimentos de origen amazónico, pues no quieren perder ese enfoque con el que nacieron.
Recuerda que desde los inicios de la marca su objetivo era posicionar la comida de la selva, acercándola al público estratégicamente con módulos y en patios de comida en lugares concurridos como los malls, pero la crisis que afectó a todos no los iba a detener para seguir adelante en este sueño y, por ello, decidieron adaptarse sin perder la identidad.
Dentro de su estrategia también está presente la solidaridad, pues con su equipo de cocineros han realizado donaciones de almuerzos a los policías y militares de la zona, repartiendo la receta bandera de su cadena: el chaufa amazónico con cecina.
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