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Génesis Tapia revela que su padrastro la violó: “Lo conté, me castigaron y luego tomé veneno para ratas”
La abogada recordó un duro episodio cuando tenía doce años y quedó en estado vegetal durante 6 meses, producto de su ingesta de leche con el veneno.
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Génesis contó que nadie le creía. (Foto: Captura de video)
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Génesis Tapia se abrió en el podcast ‘Todos sanamos’ con Lizeth Cueva y recordó toda su niñez y adolescencia, cargada de violencia, abusos y adicciones. Uno de los episodios más traumáticos que tuvo fue cuando su padrastro la violó, lo que hizo que intentara quitarse la vida con tan solo doce años.
La exbailarina empezó aclarando que ella fue criada por sus abuelos maternos y que, cuando tuvo doce años, su madre biológica se mudó a su casa acompañada de su pareja y sus tres hermanastras.
“Una noche él me toca la espalda y me carga (de mi cama) y me lleva hasta su cama. Pasaron una, dos, tres veces, al día siguiente, yo pedí ayuda y le conté a mi abuela lo que estaba pasado, no me dijo nada, pero fue y se lo contó a mi madre y ella me castigó, me pegó y no me creyó, hasta en un punto dio a entender que yo lo había provocado, me violó”, relató Génesis.
Luego, contó que sintió que, más que el daño físico, se llevaban su alma, además de que nadie a su alrededor la podía ayudar con eso, ya que nadie le creía. No podía contarle a su abuelo porque tenía miedo que este lo matara, ya que era policía y ella no quería que él fuera a la cárcel.
Así, Génesis se sintió tan mal que decidió quitarse la vida, por lo que le pidió a su abuelo que le diera dinero para comprarse unas toallas higiénicas y, en su lugar, compró en la ferretería veneno para ratas.
Sobre el episodio concreto, la exbailarina recordó que un día, cuando su madre y su padrastro se fueron, y la dejaron encerrada a ella y sus hermanas, fue que puso en marcha su plan. Combinó leche con el veneno y se lo tomó en su habitación.
“Me lo tomé y me acurruqué en una esquina de mi habitación y me quedé solamente en posición fetal, tenía 12 años. Yo sentí un frio que venía de la punta de mis pies e iba subiendo y yo iba perdiendo movilidad, no recuerdo más, solo podía escuchar, no podía ver ni hablar ni nada, solo escuchaba que mi abuela vino y gritaba, [...] entonces yo quedé seis meses (en estado) vegetal”, explicó la pelirroja.
Durante esos meses, la hoy letrada sostuvo que podía oír todo lo que decían cuando la visitaban y, cuando quería responder, solo parpadeaba.
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